En la psicología se han propuesto varios tipos o patrones de personalidad A, B, C y D, diferentes a los trastornos de personalidad, los cuales se agrupan en clúster A, B y C, de acuerdo a características similares (para recordar, el clúster A hace referencia a los trastornos de personalidad raros y excéntricos; el clúster B hace referencia a los emocionalmente erráticos y dramáticos y el clúster C hace referencia a los ansiosos o temerosos). Las personas pueden ser agrupadas en uno de estos tipos o patrones. Sin embargo, lo usual es encontrar que las personas presentes una combinación de rasgos de los demás tipos, dependiendo la situación, más que lo que se observan patrones de personalidad puros (exhibir solo uno de estos tipos).
Igualmente, es importante decir que algunos tipos de patrón de personalidad están más frecuentemente asociados a enfermedades físicas, como lo son los patrones de personalidad A y D (con enfermedades coronarias) y C (con enfermedades crónicas, como por ejemplo el cáncer).
La clasificación en los cuatro tipos de personalidad fue iniciada por dos cardiólogos llamados Friedman y Rosenman (1976), investigaron las posibles causas detrás de las enfermedades coronarias y especularon que había ciertos patrones de comportamiento que conllevaban un mayor riesgo de sufrir de este tipo de patologías. Estos autores relacionaron una serie de respuestas al estrés, con la mayor incidencia de enfermedades coronarias e hipertensión, lo que se conocería como el patrón de personalidad tipo A y es el primer tipo de personalidad que surgiría.
Lo que estos autores descubrieron es que aquellas personas con un patrón de personalidad tipo A tendían a una mayor preocupación sobre el estatus social y a conseguir más logros. Igualmente se relacionaba con la adicción al trabajo, con problemas de autoestima y con la impaciencia. Su contraparte es el patrón de personalidad tipo B con personas que reportaban unos niveles más altos de satisfacción de vida y tenían más paciencia ante situaciones estresantes. La teoría se amplío con el tiempo, aumentando con los patrones de personalidad tipo C y finalmente el tipo D. Estos patrones hacen referencia a cómo reaccionan las personas a factores externos y al estrés.
La teoría de los patrones de la personalidad tipo A, tipo B, tipo C y tipo D, tiene grandes similitudes y sus antecedentes en la descripción de los cuatro temperamentos hipocráticos (el colérico o irritable, el sanguíneo u optimista, el melancólico o pesimista y el flemático o apático). Esta teoría de los temperamentos estaba determinada por la “proporción relativa de los cuatro humores corporales (bilis negra, sangre, bilis amarilla y flema)”. En la teoría griega inicial de estos temperamentos, ya se reflejaban los actuales intentos por descubrir las bases biogenéticas de la personalidad.
PERSONALIDAD TIPO A: ambicioso, competitivo, práctico, impaciente y agresivo
Para este tipo de personas es muy importante el establecimiento de objetivos, pues son competitivos por naturaleza. Son vistos como impacientes (se caracterizan por el sentido de urgencia) y pueden ser fácilmente propensos a la hostilidad y a la agresividad.
Tienen una mala gestión del tiempo, ya que las personas con una personalidad tipo A suelen estar en una constante lucha contra el reloj, de ahí su impaciencia.
Son individuos que toman riesgos con facilidad y se caracterizan por un espíritu emprendedor.
Son prácticos a la hora de resolver un problema en el momento en el que se necesita.
Siempre necesitan estar haciendo algo, ya que si no es así, piensan que están desaprovechando el tiempo en vez de hacer algo productivo.
Se trata de individuos que se suelen sentir sobrecargados, especialmente en situaciones muy exigentes y responden al estrés de manera fisiológica (con un aumento de la presión arterial) y de forma agresiva u hostil.
Tienen dificultad para relajarse o quedarse dormido rápidamente durante la noche. Este tipo de personas son propensas a sufrir enfermedades cardiovasculares como hipertensión e infartos.
PERSONALIDAD TIPO B: relajado, alegre, paciente y despreocupado
Son personas que apenas se estresan, incluso en situaciones altamente estresantes. A la gente le encanta estar con ellos porque son tranquilos, entretenidos y alegres. Es un tipo de personalidad contraria a la que caracteriza al tipo A.
Son persona que no tiene prisa por hacer las cosas y les encanta relajarse y tomar las cosas como vienen. Son menos competitivos y manejan muy bien los errores.
También son tolerantes, flexibles, se adaptan a las situaciones y apenas se quejan por algo. Llevan una vida social plena y hacen amigos con facilidad.
Se trata de personas normalmente creativas y reflexivas, aunque tienen una menor orientación al logro que las personalidades tipo A.
Estos tipos de personalidad suelen tener más tendencia a postergar sus tareas, ya que suelen no forzarse ante los retos, debido a su actitud más calmada.
Cuando una persona con personalidad tipo B sufre de estrés, suele buscar el apoyo de los demás para poderlo afrontar.
Se ha relacionado con la personalidad que caracteriza a las personas sanas, es decir, serian los tipos de personalidad más ajustados de los cuatro grupos. Por sus características, tienen un perfil protector de la salud, mental y fisicamente hablamos, siendo menos propensos a enfermedades y a quejas somáticas.
PERSONALIDAD TIPO C: sistemático, pensativo, sensible, prudente y crítico
La personalidad tipo C se caracterizaría por la represión emocional y la desesperanza. A diferencia del tipo A, las personalidades tipo C se muestran afables y sumisas, al igual que tienen una gran tendencia a reprimir las emociones negativas (en especial la ira y la agresividad), pero en ocasiones, puede ser una incapacidad para expresar sus sentimientos, de manera en general (de hecho los suelen ignorar en vez de afrontar).
Suelen tener problemas a la hora de afrontar el estrés y con frecuencia caen en estados depresivos.
Este patrón de comportamiento suele ser muy similar al tipo A, pero la diferencia radica en la tendencia al perfeccionismo que este tipo de personalidad tiene.
La personalidad tipo C tiene una tendencia a complacer a las otras personas, en lugar de a sí mismas.
Son personas que piensan de manera sistemática y analítica, sí como toman decisiones basadas en la investigación y en información que les sustente.
Resuelven problemas de forma natural porque se centran en los detalles y son capaces de darse cuenta de cosas que los demás tipos no podrían tan fácilmente. También son muy sensibles, profundos, pensativos, reservados y cautelosos. Tienden a evitar las relaciones sociales.
Son sujetos que no suelen tomar riesgos, hasta haber examinado todos los datos posibles.
Son muy sensibles a las críticas (no las aceptan bien) y son muy críticos con los demás.
Según los estudios, debido a estas características este patrón de conducta puede ser un factor de riesgo del desarrollo de cáncer. De hecho, las investigaciones muestran como la personalidad puede afectar al sistema inmunológico.
PERSONALIDAD TIPO D: apenado, negativo, pesimista, deprimido y socialmente inhibido
Es el ultimo tipo de personalidad del que se habló en psicología y fue propuesto por Denollet.
El tipo D se caracterizaría por un sentimiento generalizado de angustia y tendería a la inhibición social y a sentir emociones negativas, como la tristeza, la preocupación excesiva y la irritabilidad.
Estas personas se caracterizan por ser muy negativas y apenas se sienten seguros de sí mismas.
Se caracterizan por la inhibición social (la personalidad tipo D suele estar relacionada con la introversión, es decir son personas que inhiben sus emociones y comportamientos ante las interacciones sociales).
Para evitar el rechazo, evitan abrirse y compartir sus emociones negativas, lo cual les crea mucho estrés y por esta razón, se relaciona (al igual que el tipo A) con las enfermedades cardíacas (los estudios muestran que entre un 18 y un 53% de los pacientes cardíacos tienen personalidad tipo D y las personas que ya han sufrido un infarto y que presentan esta personalidad, tienen mayor probabilidad de sufrir un segundo episodio) y tienen una mayor probabilidad de presentar síntomas depresivos y ansiosos. También sufrirían en mayor medida, una predisposición al estrés físico y psicológico.
Personalidad y salud
¿De qué depende que, de entre todas aquellas personas que poseen un determinado marcador genético de una determinada enfermedad, unas la desarrollen y otras no? Es en este sentido que adquiere importancia el papel que juega la personalidad del individuo en la predisposición y posterior desarrollo del trastorno.
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