¿Qué se entiende por complejo de Edipo en Psicología?

De acuerdo con la mitología griega, Edipo fue un príncipe que dio muerte a su padre y ocupó su lugar, manteniendo como esposa a su propia madre sin saberlo. Esta leyenda griega fue el fundamento en el que basó Freud su teoría del complejo de Edipo, en la que plantea una metáfora paterna, que básicamente afirma que todos los niños manifiestan un profundo apego hacia su madre y sienten una intensa rivalidad hacia su padre (es el deseo sexual inconsciente hacia la madre y de deseo inconsciente de eliminar al padre). El periodo de manifestación del complejo de Edipo coincide con la etapa fálica (pregenital) del desarrollo de la libido (o de la teoría psicosexual infantil), es decir, se presenta de los 3 a los 6 años de edad y acaba con el periodo de latencia. De acuerdo con la teoría freudiana, el complejo se revive en la pubertad.

Para conocer más sobre la teoría psicosexual de Freud, te invito a leer mi artículo sobre este tema https://anaospinapsicologa.com/psicoanalisis/etapas-del-desarrollo-psicosexual-complejo-de-edipo-y-de-electra-e-hipersexualidad-infantil/

Generalmente, el complejo de Edipo termina desapareciendo (resolución del complejo). La forma en que se soluciona el complejo es a través del complejo de castración, donde el niño teme perder su pene por parte del padre al sentir deseos por su madre (el origen de ese complejo de castración se debe a la diferencia anatómica con las niñas, ya que ellas no tienen pene y el niño atribuye que esa ausencia de pene a la castración). Finalmente, el niño termina identificándose con su padre que es la figura de autoridad, se forma el Superyó en el niño (conciencia moral de lo que esta bien o mal), el cuál prohíbe el incesto y supera su deseo hacia la madre, trata de parecerse al padre (su rival), quien se vuelve un modelo para el niño y con esto, se da inicio al periodo de latencia y a la resolución del complejo de Edipo.

Pero, ¿qué pasa cuando no hay una resolución del Edipo?

Si un día no supera esa etapa y se convierte en adulto, es probable que tenga problemas para llevar una vida plena y satisfactoria. Seguramente tendrá dificultades psicológicamente y desarrollar su propia personalidad. Además, le costará ser autosuficiente y alcanzar sus metas vitales.

Los hombres que no logran superar esta etapa del desarrollo, pueden llegar a tener 30 años o más, encontrándose estancados en esa etapa de su vida. Es en este momento en que el complejo de Edipo se vuelve patológico y debe tratarse, debido a la serie de síntomas y consecuencias comportamentales y psicológicos, en forma de problemas emocionales y sexuales, característicos que los identifican.

Una ausencia de resolución del complejo de Edipo, puede provocar en el hombre adulto, un apego perjudicial o patológico, lo que representa un factor limitante en el establecimiento de las relaciones interpersonales, como ocurre con las relaciones de pareja.

El fuerte vínculo de apego que experimentan lo niños varones hacia la figura materna, se considera como algo normal y no requiere tratamiento, siempre y cuando se dé durante la infancia. Sin embargo, el complejo de Edipo en adultos, sí representa un problema.

Complejo de Edipo en adultos: principales características

En los casos en los que el apego intenso a la madre no se supera de forma natural cuando la persona deja la etapa infantil, se produce un patrón de comportamiento característico de Edipo en adultos. Esta situación se debe normalmente a estilos de crianza desadaptativos, donde se incluye la sobreprotección por parte de la madre.

En algunos casos no es fácil darse cuenta de las señales de apego, debido a que se producen en una dinámica exclusiva entre madre e hijo, es decir, una persona podría tener una vida aparentemente independiente, pero sus decisiones estarían basadas en la relación con su madre.

La mayoría de los indicadores que se observan en hombres con complejo de Edipo, se centran en los conflictos para establecer relaciones íntimas. Algunas de las características de este tipo de hombres son las siguientes:

  • Dificultad para ponerle limites a la madre
  • Dependencia de la madre para tomar decisiones personales (pide frecuentemente el consejo y consentimiento de la madre para tomar sus propias decisiones).
  • Admiración desproporcionada por la madre
  • Exagerada cercanía con la madre (se ven o hablan por teléfono a diario, la admiran de manera exagerada, la ponen como prioridad ante todo, incluso ante la esposa o la novia).
  • Son más propensos a tener relaciones de pareja destinados al fracaso
  • Pueden aún estar dependiendo económicamente de la madre
  • Temor a relacionarse íntimamente con otras personas
  • Buscan establecer relaciones con personas mucho mayores
  • Se les dificulta mantener relaciones de pareja
  • Muestran una gran incapacidad para formar relaciones de pareja estables
  • Cambian de pareja con frecuencia (ya que no logran sentirse plenos; esto ocurre, debido a que se les hace muy difícil mezclar la ternura y el amor con el deseo sexual, es decir, no pueden ver a la esposa como compañera y amante a la vez).
  • Dificultad para independizarse económicamente
  • Expectativas irrealizables en el amor
  • Autosabotaje de las propias relaciones de pareja
  • Disfunciones sexuales de origen psicológico (en ocasiones pueden llegar a experimentar impotencia sexual debido a que los deseos sexuales inconscientes por la madre son reprimidos cada vez que experimenta excitación sexual)

Consecuencias del complejo de Edipo en adultos

Como se dijo antes, el complejo de Edipo es normal hasta cierta edad. Pero una vez superada la infancia, los jóvenes deberían depender menos de la madre y tener mejor relación con su padre.

El que un adulto no haya logrado superar esta etapa en la infancia o adolescencia, puede traer consigo una serie de repercusiones psíquicas que le impiden realizar una vida normal y satisfactoria. Estas repercusiones le afectan en una o más áreas de su vida.

Algunas de las consecuencias de no superar el apego infantil hacia la madre pueden ser las siguientes:

  • Incapacidad para conseguir metas personales
  • Propensión a tener conflictos de pareja intensos
  • Escasa tolerancia a la frustración (debido a la incapacidad que tiene para mantener una relación de pareja estable).
  • Dificultades para ser autosuficiente (tendrá dificultades para independizarse económicamente).
  • Inmadurez emocional (tendrán dificultades para madurar psicológicamente y desarrollar su propio carácter, debido a que depende casi totalmente de la opinión de la madre).

Todas estas situaciones están vinculadas a padecer una gran inestabilidad emocional y falta de madurez emocional, psicológica y sexual.

Además, estas consecuencias están vinculadas a problemas de autoestima, que son evadidos por medio del sentimiento de protección que representa la figura materna. El complejo de Edipo no impide que los hombres puedan salir de la zona de confort y vivenciar sus propias experiencias.

El dilema para el hombre está en que no puede mantener la relación de dependencia con la madre y al mismo tiempo, ocupar el rol de novio o esposo de forma correcta, por lo que se ve forzado a tomar una decisión. Por un lado se encuentra en la zona de confort representada por el apego a la madre y por el otro, la independencia afectiva.

Es fundamental identificar y afrontar el complejo de Edipo, hacer un ejercicio de introspección y darse cuenta que la dependencia existe. En la mayoría de los casos, las personas no se dan cuenta de que el apego a la madre representa un problema en sus vidas, hasta que alguien más se los hace ver. Cuando los hombres son confrontados por sus parejas respecto a la influencia de la madre, se produce un conflicto.

El paso más importante para lograr superarlo, es justamente ese reconocimiento del problema, porque no se puede superar algo que no se reconoce en sí mismo. Se debe de reconocer y tomar consciencia de lo que ocurre y de como esta afectando a su vida diaria, ya que esto es esencial para encontrar la motivación y la fuerza de voluntad para eliminarlo.

El hombre con complejo de Edipo, puede empezar por identificar aquello que desea realmente, sin importar lo que piense o diga su madre y llevarlo a cabo. Otra cuestión muy importante es dejar de darle prioridad por sobre todas las cosas, especialmente cuando se establecen relaciones sentimentales en donde la pareja pasa a ser prioridad, moderarse en cuanto a las visitas y llamadas por teléfono, buscar ser independiente económicamente y sobre todo, no tener miedo de no obtener siempre su aprobación. Es necesario cortar el cordón de dependencia emocional y/o económica y aceptar la partida para lograr ser un adulto maduro e independiente.

La mamitis en hombres adultos

Se habla de mamitis como el apego exagerado a la madre, es una forma de relación dependiente, obsesiva y emocionalmente confusa de un hijo hacia su madre y ese vínculo tan cercano empieza a afectar su relación de pareja.

Este vinculo suele afectarlo a una edad en la que ya debería ser autónomo. Además abarca varios aspectos básicos como el doméstico, el financiero, la aprobación y la aceptación. Este lazo es creado por madres que dieron amor de manera condicional: es probable que tu pareja de niño, haya escuchado frases como: “Si te portas mal, ya no te voy a querer”, “Ándale, vete con tus amigos…, ojalá que cuando regreses, no me haya pasado nada”, “Te lo digo yo que soy tu madre”… Esto hace que el hombre crezca con la idea de que tiene qué hacer lo que su mamá dice. Ni si quiera se toma el tiempo para analizar si ella tiene razón o no.

De acuerdo con los expertos, la mamitis se produce por madres que sufren algunos desórdenes como: codependencia, narcisismo, dominancia, soledad, depresión, ansiedad. Además, se trata de mujeres cuyas interacciones con su hijo dependieron de su voluble estado emocional. Son madres controladoras que necesitan tener razón, por lo que no toleran ser cuestionadas. De esta forma, son mamás que educan a sus hijos para complacerlas y obedecerlas.

Si tienes un noviazgo o matrimonio con un hombre que sufre de mamitis, se habla que tu relación de pareja es triangulada y la otra es y siempre será su madre.

En relaciones de pareja, sucede que el hombre no puede tomar decisiones sin antes haberlo consultado con su madre, a pesar de que éstas son del ámbito personal o conyugal. Cuando esto pasa, es señal de un problema.

Las crisis familiares se pueden dar, pero uno tiene la opción de crecer en ellas. El problema es cuando se presentan situaciones extremas, como por ejemplo una patología de la suegra. Puede suceder que esta mujer sea incapaz de entender que su hijo no le pertenece, que puede amar a otras personas y que no es única ni es el centro de la vida de su hijo.

No es malo que los hombres tengas una buena relación con su mamá, tampoco es la frecuencia con la que le hable o visite, pero si necesita de su aprobación para todo, al grado de dificultar una vida común con su pareja y no toma en cuenta a su esposa, entonces si hay serios problemas.

La mamitis es un claro ejemplo de inmadurez emocional. Un hombre con mamitis no sabe tomar decisiones, ni arriesgarse y para todos los aspectos de su vida consulta a su mamá (pareja, amigos, trabajo, etc).

Si su madre no te eligió a ti como la novia o esposa de su hijo, lo más probable es que los roces entre suegra y nuera estén a la orden del día. La suegra es uno de los factores que generan más conflictos emocionales dentro de una relación, pero pocas parejas analizan el impacto que tendrá en sus vidas antes de formalizar.

Señales de “mamitis”:

  • Permite que su progenitora intervenga en su relación de pareja (ella no respeta a su nuera y manipula a su hijo para que tampoco lo haga).
  • Compara a su pareja con su madre (cada cosa que haces, no importa si se trata de cocina, educar a los hijos o el aseo, su madre lo hace mejor).
  • Todo gira entorno a ella (si el 90% de sus frases siempre menciona “Mi mama dice que…”, es la evidencia más contundente de que la pareja sufre mamitis; así, todo lo que haga o diga su esposa siempre será superado por lo que dice su madre, principalmente en lo relacionado con la comida, cuidado y atenciones).
  • Necesita siempre su aprobación (si ante cualquier evento o decisión llama a su mamá para pedir su opinión o comunicarle una noticia antes que a ti, es claro que existe una fuerte dependencia, que no ha “cortado con el cordón umbilical”).
  • Carácter pasivo y dependiente (se refleja en su incapacidad para tomar decisiones por sí solo, además es sumamente dependiente porque su mamá ha influido desde su infancia en todas las áreas posibles de su vida, lo cual hace no sea autosuficiente y buscará que su pareja asuma este rol).
  • Es inmaduro y egoísta (se niega a crecer o no se da cuenta que sigue comportándose como un niño, lo cual inconscientemente le hace pensar que su mamá estará ahí para resolverle la vida y ayudarle a salir de sus problemas personales, ya en pareja, considera que ella será un reemplazo de su madre).
  • Vive con su mamá o cerca de ella ( vive con su mamá que lo consiente y lo atiende, preparándole la comida, lavándole la ropa o busca es estar a toda costa muy cerca de ella, si ya tiene un hogar).
  • Lleva a su madre a todos lados (ella todavía es una mujer autosuficiente, pero él asegura que no puede moverse sola; tu suegra va a todos los viajes que ustedes hacen en pareja o familia).

La llamada mamitis o excesiva dependencia de los hombres hacia su madre, es un problema que afecta a numerosos matrimonios, incluso, puede ser una razón para anular el vínculo (divorcio) en los casos más graves.

Si para cada decisión o movimiento que se quiera hacer en pareja, se busca siempre la aprobación de la madre y el cónyuge pasa a ser un sustituto, puede ser un argumento para anular el matrimonio.

Si tienes un hombre en casa que sufre de mamitis, es probable que te sientas resentida y esto ocurre porque te han desplazado por la figura materna. Su falta de responsabilidad y apego excesivo han ocasionado muchos pleitos entre ustedes. Sin embargo, lo peor que puedes hacer es reprocharle su relación con su madre. Recuerda que él considera que su vínculo con su mamá es normal. Después de todo, así ha sido desde la infancia.

Si todavía no formalizas la relación con tu pareja, necesitas pensar si realmente podrás vivir con su mamitis el resto de tu vida. Si vives con él y ya están casados, debes comprender que el asunto es más complejo de lo que parece. El primer paso para que su situación cambie es que reconozca que sufre mamitis. Posteriormente, ambos deben poner limites a la madre y comenzar a tomar decisiones por sí mismo.

Si ya te encuentras en una situación similar y no esta dispuesto a cambiar, es mejor contemplar el romper el vinculo.

Categorías: Relaciones

Ana Ospina

Psicologa clínica y forense

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