¿Te ha ocurrido que vas al médico por un síntoma o malestar físico, te hacen exámenes y todo sale bien, por lo que no hay una explicación a dicho síntoma o malestar, pero por más que vayas al especialista, persiste y no mejoras?, ¿Te has preguntado si la raíz de tu enfermedad podría tener relación con un problema emocional?

Pues bien, se sabe que hay una relación entre cuerpo y mente, pero ¿hasta dónde llega realmente esta relación?, ¿puede llegar a producir una enfermedad que se cree, tiene un origen físico, como un cáncer?

La mente puede llegar a tener tanto poder, que puede causar un sin fin de enfermedades y síntomas que por mucho tiempo se pensaban que tenían una etiología (origen) netamente físico (por ejemplo, puede causar una fiebre sin que el cuerpo esté luchando activamente contra una infección o llegar a presentar un brote en la piel, sin tener una alergia).

¿Qué es la somatización?

En psicología, y en medicina, se habla de somatización cuando lo psicológico (entendido como lo emocional y lo mental o lo psíquico), empieza a tener repercusiones en lo fisiológico, a nivel físico y produce síntomas y/o enfermedades, es decir, se “está somatizando”.

De acuerdo con la RAE, somatizar es transformar los problemas psíquicos, en síntomas orgánicos de manera involuntaria. Esta relación demuestra la conexión que existe entre el cuerpo y la mente, aunque por años se creyera que no existía dicha conexión.

El término surgió en el sigo XX, con Wilhem Shekel, que lo usó para indicar el proceso mediante el cual, un trastorno psicológico puede producir síntomas físicos, por lo tanto, la somatización, es el proceso por el que las personas experimentan y expresan malestar emocional, a través de síntomas físicos.

Desde el punto de vista psicológico, la somatización se entiende como un mecanismo de defensa inconsciente, mediante el cual, una persona convierte el malestar emocional, en un síntoma físico, desviando de esta manera, la atención del conflicto psicológico que le genera ansiedad. Al hablar de un proceso inconsciente, se hace referencia a un proceso que la persona no produce voluntariamente el síntoma y no se percata de su origen psicológico, realmente lo experimenta y no busca beneficios externos.

La somatización también se puede definir como la presencia de síntomas físicos que no se pueden explicar desde un diagnóstico médico ni psiquiátrico. En estos casos, el médico no encuentra una explicación para los síntomas que presenta el paciente (después de solicitar una serie de pruebas médicas), en estos casos, se hablaría de un trastorno de somatización (éste trastorno debe diferenciarse del trastorno facticio, en el que la persona produce deliberadamente o con intención, los síntomas).

Cuando se habla que se somatizan las emociones, la persona cree entonces tener una enfermedad física, de la que los médicos no pueden encontrar el origen en algo orgánico, pero donde los síntomas son completamente reales.

En otros casos, se consigue diagnosticar la enfermedad médica que está presente paralelamente al trastorno por somatización.

En muchas ocasiones, el somatizar lleva consigo la aparición de estrés, estados depresivos y trastornos de ansiedad, debido a las dificultades para encontrar respuestas a lo que sucede, lo que a su vez, produce sentimientos de frustración e impotencia.

Algunos estudios afirman que alrededor del 50% de las enfermedades tienen un origen emociones, mientras que hay otras investigaciones aseguran que su origen emocional puede estar por encima del 80% y el estrés es el responsable de alrededor de medio centenar de patologías.

¿Por qué somatizamos?

Existe la hipótesis de que la mente usa la somatización como un mecanismo de defensa (de una manera inconsciente); al desviar la atención hacia el síntoma físico, lo que hacemos es dejar a un lado la parte emocional que es más difícil de trabajar. Hay otra hipótesis que plantea que, al tener un malestar emocional no elaborado ni tratado  y al no ser transformado en palabras, el cuerpo busca su propia manera de liberarlo, a través del síntoma o de la enfermedad.

Para algunos autores como Dethlefse y Dahlke, la persona enferma en cuestión no es una “víctima inocente de la naturaleza, sino su propio verdugo“. A la luz de esta teoría, “los síntomas se revelan como manifestaciones físicas de conflictos psíquicos y su mensaje puede descubrir el problema de cada paciente“.

Carolina Novoa en su libro “El cuerpo grita lo que las emociones callan”, afirma que todo lo que sucede desde que estamos en el vientre materno, el hogar en el que crecemos  y quienes nos rodean en las diferentes etapas de la vida, son factores que determinan nuestra vida y lo que sucede en ella. Novoa confirma que los responsables de lograr la sanación, somos nosotros mismos, pero es un proceso que necesita supervisión profesional, con médicos, psiquiatras y/o psicólogos. El éxito del tratamiento, por más que el profesional de lo mejor de sí mismo, depende del paciente. El profesional es, en todo momento, un instrumento al servicio del paciente, pero no es el responsable de su sanación individual. Afirma que es esencial preguntarse ante una enfermedad o síntoma ¿qué me está tratando de decir esta enfermedad?, ¿qué es lo que debo aprender?, ¿para que llegó esta enfermedad a mi vida?

Al hablarse de enfermedad, Dethlefse y Dahlke afirman que es la pérdida de una armonía o el trastorno de un orden de lo que está en equilibrio hasta ese momento. Estos autores dicen que si una persona tiene un desequilibrio en su conciencia, esto se manifestará en su cuerpo en forma de síntoma. Síntomas hay muchos, pero todos son expresión de un proceso al que ellos llaman enfermedad. Cuando en el cuerpo de una persona se manifiesta un síntoma, éste llama la atención la continuidad de a vida diaria, lo que impide llevar a cabo una vida normal. Esta interrupción produce una molestia y desde ese momento, no tenemos más objetivo que eliminar la molestia, lo que hace que haya una lucha contra el síntoma y éste a su vez, hace que estemos pendientes de él. Aquello que se manifiesta en nuestro cuerpo como síntoma, es la expresión visible de un proceso invisible y con su presencia, pretende interrumpir nuestro proceder habitual, nos avisa de una anomalía y obliga a tomar acción al respecto. Contrario a lo que se podría pensar (enfadarse con el síntoma y es absurdo tratar de suprimirlo, impidiendo su manifestación), lo que se debe eliminar no es el síntoma, sino la causa. Si queremos descubrir que es lo que nos señala el síntoma, tenemos que apartar la mirada de él y buscar más allá.

Según Novoa, la enfermedad es el cúmulo de emociones que desde la infancia nos hemos guardado y que se manifiestan con el paso de los años y los síntomas, son una de las formas que usa nuestra mente inconsciente, para expresarnos qué debemos cambiar.

Para Francisco Moya, es un médico radiólogo que lleva años dedicándose a curar enfermedades como el cáncer y afirma que la enfermedad es una disfunción psíquica o corporal que tiene su origen en la afectividad y que se expresa externamente de muchas formas y dice que uno de los motivos por los que se desarrollan enfermedades, seria la pérdida de seres queridos. También afirma que cuanto más emotiva sea una persona, mas posibilidades tiene de somatizar enfermedades y como las mujeres tienden a ser más emotivas, tienen una mayor posibilidad de enfermar porque somatizan más sus emociones.

¿Cómo somatizamos y que tipos de somatización hay?

Lo cierto es que la mayoría de las personas experimentan somatizaciones en algún momento de su vida, por ejemplo: vomitar por nervios, tener dolor de cabeza debido a un exceso de estrés o sentirse físicamente débil después de un trauma o una mala experiencia, pueden ser algunos ejemplos de somatización de nuestras emociones.

Siempre hay una carga emocional en las enfermedades y dependiendo de qué tan grande sea ésta, puede agravar o no el proceso. El cuerpo esta preparado para el estrés, pero no lo esta para un estrés crónico, que termina vulnerando las partes más sensibles del organismo.

Un aspecto esencial de la enfermedad y del dolor, son las emociones y los pensamientos asociados a estos, los cuales muchas veces, pueden llegar a ser incluso más importantes que la misma enfermedad o dolor. Esta carga emocional puede llegar a generar ansiedad o depresión.

De acuerdo con Debbie Shapiro en su libro “La conexión cuerpo-mente”, nuestros estados emocionales pueden favorecer todo tipo de enfermedades: hipertensión, disfunciones cardiacas, trastornos nerviosos, entre otros. Las distintas dolencias pueden contribuir a transformar nuestra salud física y también, a facilitar la curación a un nivel más profundo. La clave está en descubrir y comprender  los mensajes que encierran los síntomas y las enfermedades, para poder conocernos y vivir mejor.

Como se dijo, las enfermedades afectan al cuerpo desde el punto de vista físico pero es posible que tengan un componente emocional en su origen. Por eso, es esencial aprender a identificar lo que los síntomas y enfermedades nos tratan de decir, para llegar a la raíz del problema.

Existe una gran diversidad de tipos de somatización (desde los dolores en alguna parte del cuerpo, hasta reacciones alérgicas, problemas sexuales o trastornos gastrointestinales, entre muchos otros). A continuación se hablará de algunos ejemplos de síntomas y enfermedades de tipo somático y su significado.

Síntoma/ enfermedad Significado
Dolor de cabeza

Cuando algo anda mal en la región de la cabeza, suele significar que sentimos que algo anda mal con nosotros mismos. La cabeza representa la individualidad y los dolores de cabeza provienen del hecho de desautorizarnos a nosotros mismos. Ante cualquier tipo de molestia  de la cabeza, es necesario detenerse a penar cómo y cuándo has sido injusto contigo mismo/a. Las migrañas se dan en personas que quieren ser perfectas y que se exigen mucho a sí mismas. Los dolores de cabe tienen una relación directa con el YO SOY y cuando se manifiestan, la cabeza quiere indicarnos que relajemos la mente, pues no es necesario comprender desde el punto de vista lógico.

Problemas digestivos

Nuestro sistema digestivo es el corazón de las emociones y es el encargado de somatizar todo lo que sucede en nuestro sistema emocional (aunque el cerebro esta encargado del funcionamiento de nuestro cuerpo, esa misma importancia la tiene el estómago, pues todo lo que consumimos, entra por la boca y baja al sistema digestivo, donde se reparten muchas funciones vitales). El estómago, además de recibir comida, es el encargado de recibir los conflictos, las tristezas, los traumas, y las amarguras; es el encargado de que logremos digerir cada bocado, pero por ser un órgano emocionalmente sensible, existen alimentos que no procesa y nos manda al baño. Lo mismo sucede cuando hay sentimientos o emociones que no somos capaces de digerir y los manifestamos con inflamación, estreñimiento o diarrea. Las personas que sufren alguna dolencia en el estómago, son personas intolerantes que viven con desagrado alguna situación. Estos síntomas son propios de una enfermedad llamada colon irritable o síndrome de intestino irritable o colitis; las personas con este malestar, suelen tener miedo a relajarse y sienten inseguridad. Estos malestares también suelen ocurrir en quienes se niegan a cambiar su forma de pensar y son muy criticas consigo mismos y con los demás. Las personas que se callan y “se tragan” lo que les pasa o lo que sienten o son temerosas a los cambios, pueden presentar problemas en el aparato digestivo. Toda enfermedad que termina en “-itis” es una enfermedad que está gritando emociones de ira, rabia, rencor, pues te has sentido engañado o traicionado. Esto es lo que pasa con la gastritis, que se caracteriza por una inflamación en la mucosa gástrica que se refleja en un ardor o quemazón en el estómago. En el caso de las úlceras, a nivel emocional, podría estar relacionado con estar viviendo una situación familiar que te está afectando y no estas pudiendo digerirla; la ulcera llega a nuestra vida cuando esa situación es bastante crónica y no la hemos sabido llevar o entender, es decir, quienes sufren de úlceras, son personas que pasan por situaciones indigestasen las que se ven obligados a convivir con alguien que no soportan o tienen una relación con alguien que deben tratar con frecuencia y que no pueden digerir (básicamente, “no se la tragan”). Los malestares desencadenados en el aparato digestivo, tienen relación directa con los factores nerviosos.

Dolor de espalda

El dolor de espalda es el típico cuadro de un paciente con dolor por somatización de cargas o responsabilidades. A nivel de emociones,  la espalda representa nuestro sistema de apoyo y es nuestro epicentro corporal. Una persona con un dolor de este tipo, se siente desprotegida. Las personas con dolor de espalda superior evidencian un sentimiento de falta de apoyo emocional. A las que les duele la espalda media, se sienten en muchos casos culpables por el pasado. Quienes tienen molestias en la espalda baja, tienen alguna angustia financiera o miedo a que les falte el dinero.

Fibromialgia

Es una afección crónica, que genera dolor permanente en todo el cuerpo y rigidez en los músculos. Aunque sus causas no muy claras, los médicos aseguran que se debe a eventos traumáticos y que se puede generar después de accidentes. A nivel emocional, la fibromialgia aparece cuando el paciente piensa que todas las personas a su alrededor deberían estar pendientes de él/ella. Una persona que padece esta condición, pretende que quienes lo rodean, adivinen qué le duele, pero a su vez le irrita que se entrometan en su vida. Además, la fibromialgia está relacionada con un gran conflicto en las relaciones familiares. Quienes padecen esta enfermedad, son personas excesivamente serviciales y necesitan el dinamismo de la familia. A este tipo de personas les gusta la convivencia familiar, pero a su vez, se sienten forzadas a dar explicaciones o pedirle permiso a los demás para hacer cualquier cosa. El paciente diagnosticado con esta condición, siente que tiene una doble compromiso familias (por ejemplo, la persona que siente fidelidad hacia su hogar, pero al mismo tiempo considera que su familia le causa sufrimiento; en otros casos, la persona tiene un conflicto a la hora de decidir qué dirección dar a su vida o tienen un conflicto de desvalorización, gracias al cual, siente que la situación que vive es demasiada carga, pero se siente obligado a servir a los demás, olvidándose de si mismo/a).

Bruxismo

Se conoce como bruxismo, a la acción de rechinar los dientes, especialmente durante el sueño (cuando dormimos). Algunas personas lo hacen con tanta fuerza, que hay que ponerles un aparato en la boca, para que no se desgasten. El significado, es claro: es una agresividad impotente (que no se puede expresar).

Alergias

Una alergia es una reacción exagerada del sistema inmunitario ante una sustancia que reconocemos como nociva (desde luego, la actuación del sistema inmunitario está justificado cuando se trata de supervivencia; el sistema inmune produce anticuerpos para combatir los antígenos o alérgenos o sustancia extraña, que proporciona una defensa contra invasores hostiles lo cual es irreprochable, desde el punto de vista fisiológico). En los alérgicos, esta defensa es exagerada y, generalmente, con frecuente alarga la lista de los alérgenos, por lo que cada vez son más numerosas las sustancias que el alérgico considera nocivas. El significado emocional de la alergia es la expresión de una actitud defensiva y agresiva, que ha sido reprimida y obligada a pasar al cuerpo, es decir,  el alérgico tiene problemas de agresividad que no reconoce y, por lo tanto, no puede asumir. En el alérgico, la agresividad es trasladada de la conciencia al cuerpo y le “declara la guerra a las cosas más inofensivas”: el polen de las flores, el pelo de los animales, el polvo, los artículos de limpieza, el humo, etc. La variedad es ilimitada (el alérgico no respeta nada, es capaz de luchar contra todo y contra todos, aunque da preferencia a ciertos elementos cargados de simbolismo)

Asma

La respiración tiene un significado de asimilación de la vida. Los pulmones son nuestro mayor órgano de contacto (junto con la piel). El contacto de la piel es inmediato, intenso, directo y voluntario (puesto que es decisión tocar o no al otro), mientras que el contacto que establecemos a través de los pulmones es indirecto , pero obligatorio (no podemos evitarlo, ni siquiera cuando una persona nos inspira antipatía, ya no podemos evitar olerla). Existe un síntoma de enfermedad que puede pasar de un órgano de contacto al otro: una erupción cutánea que puede manifestarse en forma de asma que a su vez, se convierte en erupción cutánea. El asma y la erupción cutánea, corresponden al mismo tema: contacto, roce, relación. La resistencia a establecer contacto con el mundo por medio de la respiración, se manifiesta en el espasmo respiratorio del asma. Hay situaciones en las que a uno le “falta el aire” o “no puede respirara sus anchas”; con estas frases, se hace alusión al tema de la libertad y la cohibición. Con el primer aliento, empezamos nuestra vida y con el último, la terminamos.  Con el primer aliento damos también el primer paso hacia el mundo exterior, al desprendernos de la unión simbiótica con la madre y nos hacemos autónomos, independientes y libres. Cuando a uno le cuesta respirar, esto es seña de que se teme dar por si mismo/a los primeros pasos de libertad e independencia. La libertad corta la respiración y es algo que produce temor. El asma bronquial es una disnea (dificultad para respirar), que se caracteriza por una espiración sibilante, que puede estar acompañada de una inflamación de las vías respiratorias, congestión y secreción de la mucosa. El ataque de asma es experimentado como un ahogo mortal, donde el enfermo trata de sorber aire, jadea y expira con mucha dificultad. En el asmático coinciden varios problemas, como:

  • Que trata de “tomar” demasiado y cuando tiene “dar”, llega el espasmo:  hay una perturbación en el equilibrio  “tomar-dar”. Toda acumulación impide la fluidez. El flujo respiratorio es interrumpido en el asmático porque se excede al tomar y ocurre que no sabe dar, entonces no puede volver a tomar aire que es lo que tanto ansía. Este tomar sin dar es lo que produce la sensación verdadera de asfixia.
  • Que hay un deseo de inhibirse: el asmático percibe las sustancias  más inofensivas del entorno como peligrosas para la vida y se cierra inmediatamente a ellas . Como pasa con las alergias, aquí nuevamente aparece el tema de rechazo y de temor. El asma esta íntimamente ligada a una alergia. La contracción asmática tiene mucho que ver con el miedo, con el miedo a admitir ciertos aspectos de la vida.
  • Que hay un afán de dominio e insignificancia: el asmático tiene un gran afán de dominio que no reconoce y que es transmitido al cuerpo, que se manifiesta en la “soberbia” del asmático, pero si el asmático se enfrenta con el afán de poder y dominio del otro, el miedo se le pone en los pulmones y le deja sin habla. El asmático se sirve de sus síntomas para ejercer el poder sobre su entorno (no puede haber animales domésticos, ni polvo, ni humo de cigarrillo, etc.). Este afán de dominio alcanza su punto culminante durante los peligrosos ataques, los cuales, se manifiestan precisamente cuando se llama la atención del asmático sobre su afán de dominio. Estos ataques chantajistas son muy peligrosos para el propio enfermo, ya que suponen un peligro de muerte. El asmático no ha aprendido a articular debidamente su agresividad en la fase verbal y se le queda adentro, en los pulmones. Estas manifestaciones agresivas, regresan al plano corporal y salen a la luz en forma de tos y expectoración.
  • Que hay un rechazo del labor oscuro de la vida: el asmático ama lo limpio, lo puro, lo transparente y estéril, evitando lo oscuro, profundo y terrenal. Al anhelar el aire puro, satisface también su dominio.
Infecciones

La infección representa una de las causas más frecuentes de los procesos de enfermedad en el cuerpo humano y produce procesos inflamatorios. El proceso inflamatorio se trata de una “guerra en el cuerpo”: una fuera de agentes enemigos (bacterias, virus, parásitos, toxinas), que adquiere proporciones peligrosas, al ser atacada y combatida por el sistema de defensas del cuerpo. Esta batalla la experimentamos en síntomas tales como hinchazón, enrojecimiento, dolor y fiebre. En este ejemplo, es fácil hallar la analogía entre inflamación y guerra: ambas muestran la misma estructura interna y en las dos se manifiesta el mismo principio, aunque en distinto plano. En el plano psíquico, la analogía hace referencia a una reacción emotiva por la que trata de liberarse un conflicto interior.  Cuando el individuo no está dispuesto a tomar conciencia de sus conflictos internos, asumirlos y buscar solución, estos pasan al plano físico y se manifiestan como una inflamación. Toda infección es un conflicto materializado. El enfrentamiento soslayado en la mente, se plantea en el cuerpo en  forma de inflamación. El proceso se compone de los siguientes aspectos:

  • Estimulo: penetran los agentes (bacterias, virus, parásitos, toxinas). Esta penetración no depende tanto de la presencia de los agentes, sino más bien de la predisposición del cuerpo a admitirlos (a esto se le llama falta de inmunidad). El problema de la infección no consiste tanto en la presencia de agentes, sino en la facultad de convivir con ellos. Esta frase puede aplicarse al plano mental (no se trata de hacer que el individuo viva en un mundo libre de problemas o conflictos, sino que sea capaz de convivir con ellos). El que no se quiera abrir la mente a un conflicto que perturbaría, tendrá que abrir el cuerpo a los agentes infecciosos. Estos agentes se instalan en determinados puntos del cuerpo. Puesto que el cuerpo es expresión de la conciencia, determinados problemas mentales tienen su contrapartida corporal u orgánica en una determinada predisposición. En la primera fase (estimulo), los agenten penetran en el cuerpo. En el plano psíquico, este proceso corresponde al reto que supone un problema.
  • Fase de exudación: los atacantes se han introducido y han formado un foco de inflamación, experimentamos hinchazón de los tejidos y tensión. Si durante esta segunda fase, observamos el conflicto en el plano psíquico, veremos que también en él aumenta la tensión. Toda nuestra atención se centra en el nuevo problema. De este modo, casi toda nuestra energía psíquica se concentra en el conflicto.
  • Reacción de defensa: el organismo fabrica unos anticuerpos específicos para cada tipo de atacante y en el plano corporal, los enemigos son rodeados y atacados. Si el conflicto no puede resolverse localmente, se impone la movilización general, que en el cuerpo se experimenta como fiebre (la siguiente etapa).
  • Fiebre: las fuerzas defensivas destruyen a los atacantes y los venenos que con ello se liberan, producen la reacción de la fiebre. En ésta, todo el cuerpo responde a la inflamación local con una subida general de la temperatura. Por cada grado de fiebre, se duplica el índice de actividad del metabolismo (la fiebre intensifica los procesos defensivos). La intensidad de la fiebre es inversamente proporcional a la duración de la enfermedad. En el plano psíquico, el conflicto en esta fase, absorbe toda nuestra atención y toda nuestra energía. No solo la fiebre es saludable, es mas saludable aún afrontar los conflictos (a pesar de que la gente trata de bajar la fiebre y de sofocar los conflictos).
  • Lisis (resolución): suponiendo que ganan las defensas del cuerpo, lo agentes abandonan el cuerpo transformados y debilitados. El cuerpo también se ha transformado, porque ahora tiene información sobre el enemigo y las defensas han sido entrenadas y robustecidas (inmunidad no especifica). El vencedor sale del fortalecido, ya que conoce al adversario y puede estar preparado.
  • Muerte: también puede ocurrir que venzan los invasores, lo que produce la muerte del paciente.
  • El conflicto crónico: cuando ninguna de las dos partes consigue resolver el conflicto a su favor, se produce un compromiso entre atacantes y defensas (los gérmenes permanecen en el cuerpo, sin matarlo pero sin ser vencidos por él, es decir, sin curarse). Es lo que se llama “enfermedad crónica”. La enfermedad crónica se manifiesta en un aumento del numero de linfocitos y granulocitos, anticuerpos, mayor velocidad de sedimentación de la sangre y décimas de fiebre. En el cuerpo se ha creado un foco que consume constantemente energía, hurtándola al resto del organismo: el paciente se siente abatido, cansado, apático, no está ni enfermo ni sano. En lo psíquico, representa el conflicto permanente. Uno permanece inactivo ante el conflicto, sin valor  ni energía para tomar una decisión y cada decisión supone un sacrificio y estos sacrificios generan ansiedad (por eso, muchas personas se quedan indecisas ante el conflicto. Toda decisión libera. El conflicto crónico consume energía constantemente, provocando en el plano psíquico abulia, pasividad o resignación. Una vez se toma una decisión, inmediatamente percibimos la energía liberada por nuestra elección. Como el cuerpo sale fortalecido de cada infección, así mismo la mente sale de cada conflicto más despejada, por el aprendizaje ante cada problema y al igual que de cada infección, el cuerpo queda fortalecido, el ser humano sale más maduro de cada conflicto.

Si el hombre no se abre al conflicto, si rehúye de todo aquello  que pueda cuestionar su mundo sano, entonces el conflicto aflora en el cuerpo y debe ser experimentado en el plano somático, como una inflamación y la inflamación es el conflicto trasladado al plano material (cerrar los ojos al conflicto conduce a la enfermedad).

Hipertensión

La hipertensión es la presión arterial alta. Se da en personas que acumulan pensamientos y emociones no expresadas, por largos periodos de tiempo. Generalmente, son personas que son hipersensibles y que se controlan mal. La ira y las contrariedades son reprimidas. También se puede tratar de personas con la tendencia a la  procrastinación (aplazar las cosas que debe hacer) por miedo o por falta de confianza en uno mismo y se termina con una tensión nerviosa intensa, porque se piensa que no se es capa de realizar todos los proyectos que se tiene. También el deseo por controlarlo todo y resolver las situaciones, aumenta la presión que puede hacerse insostenible. La hipertensión también puede deberse al miedo de la muerte, consciente o inconscientemente y por el deseo de sacar a delante todos los objetivos que se tienen propuestos. Es importante aprender a evitar la acumulación de sentimientos negativos que provocan la explosión.

Taquicardia

Se relaciona con la frecuencia cardiaca, que es la cantidad de veces que el corazón late por minuto y la taquicardia se caracteriza por la contracción rítmica irregular del corazón (es más elevada de lo normal) y se presenta cuando los latidos del corazón en estado de reposo, se aceleran a más de 90 pulsaciones por minuto,.Este estado es debido frecuentemente a emociones fuertes y/o  a una situación angustiosa, un esfuerzo físico o mental o por miedo, que provocan un desequilibrio en el ritmo de los latifos del corazón, afectándolo momentáneamente, por lo que estaría mandando un mensaje de “S.O.S.”.

Las investigaciones han demostrado que la gente que experimenta estrés intenso y prolongado (crónico), puede tener problemas digestivos, urinarios, de fecundidad y produce un sistema inmunitario  debilitado. Las personas que presentan estrés crónico son también más susceptibles de contraer infecciones virales tales como gripa o resfriado común y pueden tener dolores de cabeza, problemas para dormir, depresión y ansiedad, entre muchas otras condiciones.

Existe una gran variedad de enfermedades que tienen un componente emocional en su desarrollo. Sin embargo, para efectos de este articulo, solo se mencionan unos cuantos ejemplos, pero se recuerda que pueden ser muchas más.

¿Enfermedades como el cáncer, son un tipo de somatización?

Muchas veces se tiene la creencia que hay enfermedades graves que son un mal netamente físico, como el cáncer, sin conocer que detrás de este tipo de enfermedades las emociones son determinantes. Poco se habla de cómo el factor emocional incide sobre el desarrollo de las enfermedades y entre éstas, el cáncer.

El cáncer es una de las principales enfermedades del siglo XX y consiste en el desarrollo de células anormales cancerosas, por la ausencia de un correcto funcionamiento del sistema inmunitario, por lo que dichas células proliferan rápidamente. Con frecuencia, los seres humanos tienen células precancerosas en el organismo, pero el sistema inmunitario se encarga de ellas, antes de que se vuelvan cancerosas. Es cuando estas células anormales se desarrollan de una forma incontrolada y continua, que pueden dañar el funcionamiento de un órgano o tejido, afectando partes vitales del cuerpo. Cuando estas células invaden ciertas partes del cuerpo, se habla de cáncer generalizado.

El cáncer es una enfermedad multicausal, lo que significa que no hay una sola causa que desencadene la aparición de un tumor maligno, sino que son varias las causas que interactúan entre sí. El factor emocional (entre los factores que desencadenan el cáncer) es muy fuerte y según la biodescodificación (es una propuesta de la medicina alternativa, que intenta encontrar el origen o significado emocional de las enfermedades, para buscar a partir de allí, la forma de sanar), el cáncer suele aparecer en personas que mantienen algún viejo resentimiento o problemas emocionales que arrastran desde el pasado y que no han resulto (son personas que se suelen sentir profundamente heridas).

Para muchos especialistas, el cáncer es un mal netamente físico, pero para muchos otros, el origen del cáncer esta relacionado con lo emocional y se trataría, por lo tanto, de una enfermedad con un gran componente de tipo psicosomático. Teniendo en cuenta este aspecto psicógeno (psicológico) del cáncer, muchos autores plantean que el cáncer está principalmente ligado a emociones inhibidas, como un profundo resentimiento relacionado a alguien, a algo o a alguna situación, que perturba en la actualidad (aunque dicha situación sea de muchos años atrás) y frente a la cual, son emociones y sentimientos profundos, que no se han expresado.

De esta manera, las emociones negativas, el estrés y el cáncer, están directamente relacionados y éstos son de factores de riesgo peligrosos, para desencadenar un cáncer. Todos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas situaciones negativas y estrés. El problema radica en que estas emociones negativas no son superadas y permanecen por largos periodos de tiempo.

Entre dichas las emociones negativas se encuentran: el estrés, la ira, la rabia, el odio, el rencor, el resentimiento, la tristeza, el miedo, entre otras. Esta negatividad no solo traerá complicaciones en la salud mental, sino a nivel físico, llegando a impactar con enfermedades como el cáncer.

Los estudios han comprobado científicamente que la negatividad hace que las células cancerígenas se multipliquen en el cuerpo, entonces, el cáncer puede ser la respuesta a un estado emocional persistente, porque las células sucumben a un estado de estrés extremo y entran en “shock” (se produce una alteración y una multiplicación anormal de esas células, que originan un tumor).

El estrés es lo que una persona siente cuando está bajo presión mental, física o emocional. Aunque es normal  presentar cierto estrés de vez en cuando, las personas que presentan altos grados de estrés o que lo experimentan en forma repetida por un largo periodo de tiempo, pueden tener problemas de salud (mentales o físicos).

El estrés puede ser causado tanto por responsabilidades cotidianas y las actividades de rutina, como por situaciones menos comunes, tales como un trauma, una enfermedad propia o por la enfermedad de un familiar cercano. El estrés también es uno de los grandes factores que impide el buen funcionamiento del tratamiento y de los medicamentos contra el cáncer, además de que aumenta la sensación de dolor, puede crear resistencia a los medicamentos (hacer que no funcionen) y reduce la capacidad defensiva del sistema inmunológico. Cuando la gente siente que no puede manejar o controlar los cambios causados por el cáncer o por las actividades de la vida normal, siente angustia.  También se ha reconocido cada vez más que la angustia es un factor que puede reducir la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Existe incluso cierta evidencia que indica que la angustia extrema está asociada con peores resultados clínicos.

Aunque el cáncer puede aparecer rápidamente, después de una situación difícil (por ejemplo, un divorcio difícil, la perdida de un empleo la pérdida de un ser querido, etc.) o de un evento considerado traumático, habitualmente  el cáncer es el resultado de varios años de conflicto interior, culpabilidad, heridas, penas, rencores, odio, confusión, tensión, desesperación, rechazo hacia uno mismo, entre otros. Puede ser por odio o culpa hacia uno mismo y por tener un deseo inconsciente de “autodestrucción” o puede ser por el odio hacia alguien más o hacia una situación, que corroe por dentro. Este odio esta profundamente hundido en el interior del ser y frecuentemente no se tiene conciencia de que existe, pero otras veces ese odio si es consciente. La acumulación de resentimiento, conflictos interiores, culpabilidad, autorechazo, puede producir el cáncer.

La parte del cuerpo afectada, da respuesta sobre la naturaleza de los conflictos internos o del problema: indica cuales son los esquemas mentales o actitudes que se debe adoptar, para hacer que desaparezca la enfermedad. La aceptación de la enfermedad es esencial.

Referencias

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Ana Ospina

Psicologa clínica y forense

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