En primer lugar, para quien no sabe qué es un síndrome, cabe decir que es un conjunto de síntomas que se presentan juntos y que caracterizan a una determinada enfermedad.

El síndrome de Ulises toma su nombre de la mitología griega que Homero recrea en la Odisea (la historia cuenta que tuvo que separarse de sus seres queridos y viajar superando todo tipo de situaciones adversas). En este sentido, el nombre hace referencia a un cuadro psicológico que describe una serie de estresores (condiciones generadoras de estrés) que sufren las personas que migran a otros países, normalmente pasando por situaciones extremas (describe el cuadro psicológico que sufren las personas que han tenido que dejar su país de origen). Uno de los factores que más contribuyen en su aparición, es la escasez de recursos económicos. Irse a vivir lejos del hogar, puede provocar un alto grado de estrés y aislamiento.

El síndrome de Ulises se asocia con el duelo y con las dificultades que deben superar para adaptarse a nuevo contexto. En la vida de inmigrante hay un cambio brusco (todo cambia de golpe) y este cambio es mayor, cuanto más lejos vaya. No solo se deja atrás a la familia y amigos, sino que también se deja atrás la lengua materna, las costumbres, el paisaje, los olores, etc. y como consecuencia de ello, la migración transforma la propia identidad.

Aunque este síndrome puede afectar a personas de todas las edades, se sabe que es más frecuente en personas de mediana y de la tercera edad. Esto se debe probablemente a factores como el menor número de oportunidades para socializar y por la mayor dificultad para aprender el nuevo idioma o para adaptarse a una cultura distinta.

Las personas con síndrome de Ulises no padecen un trastorno mental, pero sí un cuadro de estrés severo. Por ejemplo, no son personas con ideas de suicidio (como pasa con la depresión), sino que luchan por vivir, son proactivos y tratan de conservar la esperanza, pero soportar un estrés tan intenso durante tanto tiempo, provoca tiene consecuencias cerebrales, hormonales, musculares (entre otros) y es frecuente que ante dicho estrés, se padezca de insomnio, migrañas, ansiedad, tristeza y un amplio abanico de síntomas.

La migración no causa un trastorno psicológico, sino que se considera un factor de riesgo si se dan las siguientes circunstancias:

  • Si existe vulnerabilidad: la persona no se encuentra en buen estado de salud o tiene algún tipo de discapacidad.

  • Ante un nivel de estresores muy alto: por ejemplo, cuando el entorno es hostil.

  • Cuando se dan ambas condiciones.

Tipos de estresores (condiciones generadoras de estrés)

  1. Soledad o separación de los seres queridos

  2. Duelo por el fracaso del proyecto migrativo

  3. Lucha por la supervivencia

  4. Miedo

También existe una serie de factores que potencian estas condiciones: la multiplicidad de estresores, la cronicidad, la intensidad y relevancia de estos, la ausencia de control y de una red de apoyo social.

El duelo migratorio

El duelo migratorio es diferente al concepto de duelo que quizás conocemos. Se refiere a un proceso de reestructuración de la persona ante la separación o pérdida de algo que es importante para esta. Hay dos conceptos importantes relaciones al de duelo migratorio, que son el tiempo que se permanece fuera del país de origen y la distancia.

Algunas característica que lo definen y los diferencian son las siguientes:

  1. Es un duelo parcial: el duelo se produce ante una separación o perdida. En este caso, no se debe a la muerte de un ser querido, pues el país de origen y todo lo relacionado no desaparece (la persona tiene posibilidad de regresar de nuevo a su hogar).

  2. Duelo recurrente y de larga duración: el contacto con el país de origen se mantiene mediante llamadas o periodos de tiempo vacacionales, por ejemplo. Existe un deseo recurrente de volver a su hogar si se dan situaciones de fracaso o crisis. Ante estas, el duelo puedo cronificarse y dar paso a los síntomas característicos del síndrome de Ulises.

  3. Duelo múltiple: conllevaría la existencia de diferentes tipos de duelos, entre ellos:

  • Duelo por la familia y seres queridos

  • Duelo por la lengua

  • Duelo por la cultura

  • Duelo por la tierra

  • Duelo por el estatus social

  • Duelo por el contacto con el grupo de pertenencia

  • Duelo por los riesgos en la integridad de la persona

Causas del síndrome

El síndrome de Ulises se ha relacionado con el proceso de duelo (adaptación a pérdidas psicológicamente significativas). Las personas que emigran se separan de forma parcial de su entorno habitual, de su familia, de sus amigos e incluso de su identidad como ciudadanos de una región concreta del mundo. Cuando las demandas de la nueva situación son percibidas como excesivas, aparecen síntomas crónicos de estrés y otras alteraciones psicológicas relacionadas que influyen negativamente en el bienestar y en la adaptación al contexto.

Un factor clave en la aparición del síndrome, es la sensación de aislamiento sociocultural, donde es crucial el desconocimiento del idioma o las diferencias en valores, los prejuicios y la discriminación por motivos étnicos y culturales, a los que las personas inmigrantes de muchos países se ven sometidas de forma sistemática.

Cuando el proceso de migración ha sido llevado a cabo de forma ilegal, el miedo a la deportación constituye un estresor adicional y con un potencial especialmente elevado de favorecer un estado de malestar emocional crónico. El síndrome de Ulises también se ve favorecido por las dificultades al intentar legalizar su situación, al buscar trabajo o a la hora de acceder a servicios básicos como la vivienda y la asistencia médica. También es muy importante la frustración de las expectativas personales y económicas de la persona.

La clínica del síndrome de Ulises

Los síntomas presentes en las personas con el síndrome de Ulises varían en función del caso particular, pero se han relacionado con cuatro categorías de alteraciones psicológicas: la ansiedad, la depresión, la disociación (desconexión de la experiencia física y emocional) y los trastornos somatomorfos (síntomas físicos de origen psicológico).

  • Sintomatología depresiva: se destaca la presencia de sentimientos de tristeza asociados a la percepción de fracaso personal, de baja autoestima y de pensamientos relacionados con la culpa y, raramente, con el deseo de morir. Los síntomas están influidos por la cultura (por ejemplo, la culpa es más habitual en occidentales que en asiáticos).

  • Sintomatología de la ansiedad: se manifiesta en síntomas como preocupación recurrente y excesiva (similar a la del trastorno de ansiedad generalizada), tendencia a la irritabilidad, tensión psicológica y física o sentimientos de miedo. El insomnio se ve favorecido por la ansiedad y las malas condiciones de vida.

  • Sintomatología relacionada con la somatización: se destaca el dolor de cabeza (el 76,7% de los que sufren el síndrome lo presentan) y la fatiga, asociada a la falta de motivación psicológica.

Otros problemas que aparecen con frecuencia en personas con el síndrome de Ulises son la baja autoestima, el descenso del rendimiento a nivel general, el consumo excesivo de sustancias (como el tabaco y el alcohol) o síntomas dolorosos gastrointestinales, óseos y musculares.

Categorías: Sindromes

Ana Ospina

Psicologa clínica y forense

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