El acoso es un conjunto de conductas abusivas en forma de actos, palabras, escritos y/o la dignidad física y psicológica de la persona que lo sufre (víctima del acoso). Es un problema de difícil detección y puede causar daños de forma progresiva, ya que al hablar de acoso, las conductas se deben producir (generalmente) de forma insistente y no aislada (aunque este no es el caso del acoso callejero, por ejemplo).
Cada vez son más los casos que salen a la luz, en la mayoría de los cuales, las víctimas han sido el blanco de una serie de conductas y comportamientos vejatorios, llevados a cabo por otra persona (acosador o agresor). El acoso puede tomar muchas formas y puede darse en una gran variedad de contextos.
De acuerdo con la Real Academia Española, el concepto de “acoso” hace referencia a la “acción de perseguir, sin darle tregua ni reposo, a una persona o animal”, así como también es el acto de “apremiar de forma insistente a alguien con molestias o requerimientos”.
De estas afirmaciones, se puede considerar al acoso como una conducta de naturaleza ofensiva y perturbadora en la que la persona acosada, experimenta sentimientos de angustia y malestar. Para que una conducta sea considerada como acoso, esta debe implicar un desequilibrio de poder entre las personas implicadas, es decir, entre acosador y acosado. Además, estos comportamientos deben desencadenar graves consecuencias en el acosado, tanto físicas como psicológicas.
Por “acosar”, también se enciente como la acción de acechar a una víctima de manera reiterada a nivel físico y/o psicológico, atentando así contra su libertad individual, alterando de forma grave su vida diaria y estableciendo comportamientos tóxicos y dañinos para su integridad. Así, el acosador desarrolla conductas y actitudes tóxicas hacia el acosado, con unos comportamientos de asechamiento dañinos que se repiten en el tiempo y ejerciendo control sobre la víctima haciendo uso del poder físico, económico, social o cualquier otra forma de dominancia.
Entonces, las dos principales características que debemos tener en cuenta a la hora de juzgar una conducta como el acoso son:
- Repetición: las conductas llevadas a cabo por el acosador deben de haber sido llevadas a cabo más de una vez o pueden ser susceptibles de ocurrir más veces.
- Desequilibrio: el acosador utiliza su poder (físico, psicológico, social, etc.) para ejercer un control o perpetuar una serie de conductas perjudiciales a la persona acosada.
El acoso se considera un delito, está recogido dentro del Código Penal, ya que atenta contra la libertad de las personas, más concretamente se considera coacción, que consiste en una fuerza o violencia que se ejerce sobre alguien para obligarlo a decir o hacer algo en contra de su voluntad.
Las conductas que se consideran acoso pueden ser las siguientes: vigilar, perseguir o intentar contacto físico no deseado; establecer contacto mediante algún medio de comunicación o una tercera persona; utilizar los datos personales de una persona de manera inadecuada; ir en contra de la libertad o contra los bienes de una persona. En todo caso, todas estas acciones se realizan en contra de la voluntad o consentimiento de la víctima.
Son muchas las circunstancias y contextos donde podemos ser víctimas de acoso: en el trabajo, en la escuela, por Internet, por motivo de la raza, porque alguien se ha obsesionado con nosotros, porque alguien quiere venganza… Todo esto nos muestra cómo la naturaleza humana puede llegar a ser muy oscura y cómo el acoso sigue presente en todos los ámbitos de la sociedad.
Tipos de acoso:
Existen diferentes tipos de comportamientos que pueden ser considerados como acoso y que están legalmente contempladas como tal. Estos tipos de acoso son los siguientes:
Acoso sexual
Por acoso sexual, se entiende todo aquel tipo de conductas intimidantes o coercitivas de naturaleza sexual o violación, promesas no deseadas o inapropiadas, favores sexuales, entre otros. Incluye tanto la violencia física, como las formas más sutiles de violencia como la coacción.
Este tipo de agresiones pueden ser físicas, verbales o no-verbales que incluyen:
- Actos de violencia física, tocamientos o acercamientos no deseados por la víctima.
- Comentarios o apelaciones al aspecto físico o vida privada de la víctima, así como supuestos cumplidos o piropos.
- Gestos de naturaleza sexual
- Chiflar o silbar
Todas estas conductas pueden tener distintos grados. Desde conductas levemente molestas para la persona acosada, hasta abusos graves con la finalidad de derivar en un posible acto sexual.
El acoso sexual se puede dar en el ámbito laboral, siendo el caso en el que una persona (jefe, empleado o solicitante de empleo) acosa a otra (jefe, empleado o solicitante de empleo). Puede incluir avances sexuales indeseados, solicitudes de favores sexuales y otro tipo de acoso (verbal o físico) de naturaleza sexual. El acoso no tiene que ser exclusivamente de naturaleza sexual, sino que también puede incluir comentarios ofensivos sobre el sexo de una persona (sexismo).
Acoso callejero
Es un tipo de acoso sexual que consiste en hacer comentarios indeseados, silbido-.chiflidos y otras acciones en espacios públicos, generalmente dirigidos a hacia personas desconocidas por el acosador. Se produce cuando una o varias personas desconocidas, abordan a una o varias mujeres y hombres en un espacio publico, con cualquier acción o comentario irrespetuoso o vulgar.
Entre las conductas que se consideran acoso están: palabras o gestos, acercamientos intimidantes, fotografías sin consentimiento, agarrones, presión de geniales sobre el cuerpo, exhibicionismo, persecución, etc. Con estos actos, el acosador afirma su derecho a llamar la atención de la víctima, poniéndola como objeto sexual y forzándola a interactuar con el acosador.
En este tipo de acoso, el acosador se siente con el derecho de interpelar a las víctimas en la calle sin haber recibido previamente su consentimiento y entendiendo que sus comentarios y acciones hacia las víctimas están justificadas, son “halagos” o son socialmente aceptadas.
El acoso callejero puede considerarse como un acto violento, si viola la intimidad de la víctima, teniendo que aceptar expresiones sobre ella/el , ya sea físicas (como en el caso de manoseos, agarrones o encerrones), psicológicas (como es el caso de “piropos” y/o silbidos) o en el caso del exhibicionismo.
Puede producir efectos negativos en el bienestar de las víctimas, de diferente magnitud, dependiendo de su sexo u orientación sexual. Mientras que para las mujeres, este se convierte en una forma de violencia sexual, los hombres son menos conscientes de haber sido víctimas de acoso o abuso o no le dan importancia, lo cual, puede explicarse por las representaciones sociales de género. La exposición al acoso de extraños es un factor importante en la percepción de las mujeres de su seguridad en público. El acoso de un extraño induce al miedo de la victimización sexual.
Acoso físico o stalking
Se encuentra el acoso físico que consiste en perseguir de manera constante e invasiva a la víctima con la finalidad de establecer un contacto contra la voluntad de ésta. El origen de este tipo de acoso suele radicar en algún tipo de obsesión que el acosador desarrolla hacia la otra persona, llevando a cabo conductas como: espiar a la víctima, perseguirla, realizar llamadas telefónicas o intentos de contactar con ella, amenazarla, tener conductas violencias hacia la persona acosada.
Ciberacoso o ciberstalking o ciberbullying
También es conocido como acoso virtual o cibernético, es el más contemporáneo de todos los tipos de acoso. En él, la persona o grupo acosador se sirve de medios de comunicación digitales o redes sociales, para perpetrar una serie de ofensivas personales, propagación de información confidencial o falsos rumores. La motivación principal de un ciberacosador es la de causar malestar y angustia psicológica y emocional en la víctima.
Acoso psicológico
También es conocido como acoso moral, este tipo de acoso consiste en conductas vejatorias y que atentan contra la dignidad e integridad moral de la persona, con la finalidad de desequilibrarla psicológicamente. En la mayoría de los casos, los comportamientos pueden llegar a ser tan sutiles que muchas veces, ni la víctima es consciente de ellas. El acosador ejerce una influencia negativa en la víctima mediante mentiras, palabras o difamaciones, así como mediante la deformación de la realidad.
Inicialmente, el acoso genera una sensación de inestabilidad en la víctima la cual acaba por perder la confianza tanto en ella misma como en los demás, generando una sensación de indefensión y ansiedad que puede derivar en depresión y suicidio.
Acoso escolar o bullying
Es uno de los tipos de acoso más conocido y más frecuente en los últimos años. También puede ser conocido como hostigamiento escolar o maltrato escolar.
Consiste en cualquier tipo de maltrato o agresión psicológica, verbal o física, levada a cabo dentro del ámbito escolar, aunque no necesariamente dentro de las aulas. Para que sea considerado como bullying, debe existir una relación que implique que ambos menores comparten el espacio escolar. Este tipo de maltrato escolar se distingue porque el acosador intimida de manera reiterada a la víctima, lo cual implica un abuso de poder porque es llevada a cabo por un agresor o un grupo más fuerte (aunque esa fortaleza solo sea percibida por la víctima).
Las consecuencias de este maltrato pueden ser tanto físicas como psicológicas, dentro de las que se incluyen: temor a asistir a la escuela, ansiedad y nerviosismo, depresión, aislamiento, ideas suicidas, intentos de suicidio o suicidio consumado.
Acoso laboral o mobbing
El acoso laboral o mobbing consiste en una forma de maltrato que se da dentro del espacio del trabajo. Este acoso, que puede ser llevado a cabo por una o más personas, se produce especialmente a nivel psicológico, a través de conductas como burlas, amenazas, propagación de falsos rumores, desaires o apartando a la víctimas del resto del grupo. Existe la posibilidad de que el acoso acabe por incurrir en conductas violentas, considerándose en un caso de mobbing con agresión.
Como consecuencia, el ámbito laboral se convierte en una potente fuente de estrés que puede llegar a convertirse en crónico e incluso, puede desencadenar en un trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Acoso inmobiliario
Es un tipo de acoso menos conocido y se da cuando se presentan conductas llevadas a cabo por los propietarios de una vivienda o inmueble, con la finalidad de que los inquilinos abandonen el domicilio o rescindan el contrato de alquiler en contra de su voluntad. Estas conductas pueden ir desde el corte de suministros de agua, luz o gas, hasta la negativa a efectuar reparaciones de la vivienda o provocar deterioros intencionados en esta.
Consecuencias del acoso:
- Trastorno de estrés postraumático
- Trastorno adaptativo
- Trastorno de ansiedad generalizada
- Trastornos del estado de animo (especialmente depresión)
Perfil psicológico de una persona acosadora
El perfil del acosador puede ser más variado de lo que se podría pensar. Los hombres/mujeres acosadores/as suelen serlo, debido a dos razones: problemas de salud mental y falta de habilidades sociales. Pero ¿Cómo identificar a un acosador?
Existe una serie de rasgos psicológicos que suelen reconocerse en un acosador/a. Entre las más comunes, están las siguientes:
- Comportamientos narcisistas: muchos acosadores tienen un sentido desmesurado de su propia importancia. Esto conlleva que un acosador/a pueda aprovecharse de los demás para llegar a sus objetivos, así como mostrar una falta de empatía por las personas de su alrededor.
- Egoísmo: es propio del perfil del acosador, solo les importa ellos mismos y su propio interés.
- Ausencia de remordimiento: los acosadores suelen actuar sin retractarse de las consecuencias de sus actos.
- Historia de violencia doméstica: en muchos casos, los acosadores suelen haber sufrido de violencia domestica y aprenden lo que ven en la casa, trasladando sus frustraciones a los demás.
- Incapacidad para afrontar el rechazo: un acosador puede reaccionar mal ante los demás, debido al miedo al rechazo de las otras personas. De este modo, usa la violencia o la burla para poder encajar en los grupos.
- Son obsesivos, controladores y compulsivos: suelen ser tres rasgos propios del perfil del acosador. Tanto es así, que estas personas pueden experimentar ansiedad, si no consiguen tener el control de algunas relaciones.
- Celos: es una de las señales que indican inseguridad en las personas que los sufren. Un acosador/a puede experimentar celos en diferentes tipos de relaciones y actuar, para interferir en esos vínculos que le crean estas inseguridades.
- Manipulación: la mayoría de los acosadores suelen utilizar la manipulación para poder influir en as personas de su alrededor.
- Dependencia emocional: es propio de individuos que sienten miedo e inseguridad en sus vínculos emocionales.
- Baja autoestima: pueden tener una mala percepción de sí mismos/as.
Estas son algunas de las características que ayudan a identificar el perfil de un acosador/a. Los acosadores no siempre son personas que pueden padecer algún trastorno mental, a pesar de que en muchas ocasiones, la probabilidad de ello es alta. Una parte de los hombres o mujeres que acosan, pueden ser encantadores, algo que ciega a sus víctimas de su verdades intención.
Tipos de acosadores :
Aunque la intención puede ser similar (afectar a la víctima), existen distintos tipos de acosadores según el ámbito, objetivo o contexto en el que tiene lugar. Existen diferentes perfiles que explican la actitud del acoso. Estos se distinguen en los siguientes:
- El lujurioso: siente un deseo o excitación sexual hacia su víctima, a la cual sigue o acecha sin que haya un contacto directo, puesto que en este caso ya hablaríamos de acoso sexual o incluso violación sexual si satisface sus fantasías. Es aquel que está motivado por el sentimiento de lujuria, es decir, el acoso se basa en la excitación sexual y las fantasías eróticas que tiene para con la víctima. Se habla de este acosador cuando el acercamiento se limita a seguir a la víctima sin que esta se dé cuenta u obsesionarse con sus redes sociales. Pero cuando se pasa esta frontera y se establece contacto, entonces ya hablamos de acoso sexual, el cual analizaremos más adelante.
- El sexual: a diferencia del anterior no consiste simplemente en seguir a la víctima, sino que establecerá un contacto directo con ella ya sea en persona, mediante intermediarios o mensaje con el propósito de conseguir mantener relaciones sexuales con ella, quien se muestra contraria a esta propuesta. Las conductas realizadas pueden ir desde tocamientos no consentidos, comentarios o gestos de contenido o características sexuales, hasta actos de violencia física. Se pueden ejercer mediante mensajes, llamadas, intimidaciones físicas, no permitiéndole escapar, haciendo preguntas inadecuadas sobre su vida sexual o comentarios obscenos y sexuales sobre su cuerpo.
- El psicológico: ejerce la violencia psicológica de manera repetida con la finalidad de dañar a la víctima. De este modo, el acoso se realizará principalmente de forma verbal, mediante las palabras, como: humillaciones, desvalorizaciones, insultos, menosprecios, descalificativos, entre otros. El propósito principal es alterar la salud mental de la otra persona.
- El físico: a diferencia del anterior, sí que produce un contacto físico con la víctima, es decir ejerce violencia física sobre ella, aunque esta puede ser de distinta intensidad, las consecuencias son fatales y pueden incluso comportar la muerte del afectado. En este caso el objetivo principal es producir un daño físico aunque también termina generando un daño psicológico.
- El verbal: es aquel que centra el acechamiento hacia la víctima en las agresiones verbales, estando así vinculado con el acoso psicológico. Así, el acoso se fundamenta en el uso de palabras que hieran a la víctima, con insultos, amenazas o frases que hagan daño a nivel emocional.
- El social: es aquel que lo que busca es aislar a la víctima de su entorno o grupo social. El acoso, pues, se basa en ignorarla, excluirla del grupo y hacer ver que no existe para que se quede sola y, una vez está aislada, poder ejercer control sobre ella de una forma más sencilla.
- El obsesivo: son relativamente comunes y tienden a ser conocidos cercanos a un grupo social en común o son personas aisladas o solitarias. Desean una relación con la víctima y persisten en su búsqueda a pesar de la falta de interés de sus víctimas y tienen altas tasas de trastornos mentales importantes.
- El rechazado o por humillación amorosa: son acosadores que han sentido el rechazo en una relación importante y se sienten heridos por ello. Ejercen el acoso, debido a que buscan una reivindicación. Es aquel que acecha a su víctima después de que esta no haya aceptado tener nada con él/ella. El acoso puede tener como objetivo conseguir que la víctima termine aceptando su petición, es decir, que acepte estar con él o simplemente vengarse por haberle rechazado, humillado y herido sus sentimientos. En casos graves, este tipo de acoso puede observarse en sujetos con delirio erotomaníaco.
- El erotomaníaco: es un tipo de acosador relativamente raro, ya que a menudo está mentalmente enfermo (es un tipo de psicosis y delirio) y cree que la víctima está enamorada de él o ella. Las personas con este trastorno, no se ven a sí mismas como enfermas, sino bendecidos por una personalidad romántica y suelen ver sus hipotéticas relaciones con las víctimas como frustradas porque éstas no se han dado cuenta o por la interferencia de otros.
- El de famosos: acecha a personas conocidas, personajes públicos que se han hecho famosos por distintas razones (música, cine, televisión…). Es tal la obsesión del acosador que hará cualquier cosa para ponerse en contacto y para que el famoso conozca de su existencia. Su ídolo se convierte en la persona más importante de su vida y cree que existe un vínculo entre ambos que realmente no es recíproco. Se relaciona mucho con el erotomaníaco.
- El que busca intimidad: es aquel que desarrolla las conductas de acechamiento buscando la intimidad con la víctima. Creen que pueden ser amados por la persona acosada y que este acoso es la única forma de conseguir que la persona a la que quieren les haga caso. Este tipo de acoso se debe a que estos creen que pueden ser amados por la víctima (tambien es el caso de los erotomaníacos).
- El depredador: siguen a sus víctimas para atacarlas sexualmente, las víctimas en su mayoría son mujeres y niños. Pueden acechar por semanas o meses y actúan motivados por un sentido de poder y control. Según una estadística muestra que cuatro de cada cinco acosadores son hombres y el 75% de las víctimas son mujeres. Este tipo de acosadores se encuentran en todos los estratos sociales y en lugares de trabajo donde los hombres tienen una mayor posición de poder (por ejemplo, el caso de The Night Stalker o el Acechador Nocturno).
- El resentido: es aquel que acecha a una víctima hacia la cual tiene sentimientos de venganza. Por tanto, el acoso emerge por un resentimiento, es decir, las conductas de acechamiento están motivadas por el enfado que siente hacia una persona que considera que la ha traicionado, engañado, ofendido o tratado mal.
- El incompetente: algunos acosadores actúan así debido a que no tienen suficientes habilidades sociales para construir relaciones sanas con los demás. De este modo, el acosador/a puede no entender las reglas sociales y actuar así debido a ello. Él no siente que esté acosando, pero la “víctima” sí que puede sentirlo como tal.
- El controlador: es aquel que acecha a una víctima con el simple objetivo de ejercer control sobre ella. Es decir, el acoso es una estrategia para, a través de la dominancia, controlar qué hace la víctima con su vida. El acosador lo que busca es simplemente ejercer el control hacia una persona. Tanto es así que este tipo de acosadores pueden planear sus ataques, ensayarlos y hasta tener fantasías alrededor de su cumplimiento.
- El político: es aquel que persigue o se muestra insistente a causa de creencias políticas de la víctima, ya sea porque está en desacuerdo o de acuerdo con ellas. Por tanto, la motivación es puramente política y se basa en el desacuerdo con el acechado. El individuo intentará ponerse en contacto o seguirá a la víctima. independientemente de que esta sea o no conocida. Este acoso lo pueden recibir sobre todo políticos, puesto que al ser personajes públicos es fácil conocer sus creencias, pero también individuos anónimos.
- El doméstico: es aquel que acecha a la víctima, que suele ser la pareja, en la privacidad del hogar. Por desgracia, es uno de los perfiles más comunes, pues se aprovechan del entorno privado, de la confianza con la víctima y normalmente de la dependencia de esta con ellos para desarrollar estas conductas tóxicas. Además, es habitual que derive en violencia doméstica.
- El escolar: es el alumno o grupo de alumnos que maltrata psicológica o física que ejerce sobre otro alumno o grupo de alumnos. Es habitual que el acecho no quede solo en el aula sino que también continúa fuera mediante por ejemplo las redes sociales. Se considera una forma grave de violencia escolar ya que se realiza de forma persistente y repetida.
- El laboral: acecha a su víctima con el propósito de generar miedo, desánimo, desprecio, es decir, malestar y conseguir que el afectado dimita o esté sometido a sus demandas. Esta acción, que también se conoce con el nombre de mobbing, se realiza en el ámbito laboral, pudiendo ejercer como acosador alguien superior o inferior jerárquicamente hablando o alguien del mismo nivel, un compañero.
- El profesional: es alguien que actúa, persigue, con el propósito de conseguir dinero, dicho de otro modo él no es quien tiene la intención de producir un malestar a la víctima, sino que lo hace para satisfacer los deseos de otra persona, quien realmente es quien tiene el propósito de acosar, a cambio de dinero.
- El ciberacosador: es quien acosa a la víctima de manera virtual, acción que también conocemos como ciberbullying. La actuación puede consistir en un ataque directo a la víctima, en difundir información falsa sobre ella, en suplantar su identidad… Estas acciones se caracterizan por estar realizadas, en muchas ocasiones, de forma anónima y tener un amplio alcance, es decir, la información puede llegar a muchas personas y de forma muy rápida.
- El inmobiliario: es aquel que desarrolla conductas de acechamiento en el contexto de la vinculación de carácter domiciliario con la víctima. En este contexto, el acosador suele ser el propietario de una vivienda que está alquilada a unos inquilinos. El acoso, que suele basarse en negarse a reparar imperfectos, incrementar el precio del alquiler o cortar la luz, el agua o el gas, tiene el objetivo de que la persona o familia que habitan la vivienda se vean obligadas a abandonarla.
- El racial: es aquel que acecha a una víctima con motivo de su cultura o raza (aunque este concepto no pueda aplicarse a la especie humana). Por tanto, el acosador es una persona racista que acosa a la víctima o se burla de ella simplemente por su color de piel, sus atributos físicos o sus tradiciones culturales.
El acoso es una de las problemáticas más silenciosas e invisibles que vivimos en la sociedad, la práctica de este comportamiento está tan arraigada, que muchos no lo consideran un comportamiento anormal o simplemente se resignan a decir que “así son las cosas”.
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