MIEDO AL COMPRIMISO
El miedo al compromiso es una reacción comprensible ante las malas experiencia en pareja y es el temor (a veces más o menos irracional), a una situación que tiene que ver con limitar la propia libertad como sacrificio a realizar para formar un vínculo con otra persona.
Muchas veces vinculamos el miedo al compromiso al mundo de las relaciones de pareja, pero realmente puede aparecer en cualquier situación en la que se vislumbre la posibilidad de que quedemos maniatados en una relación formal o informal que demande demasiado de nosotros.
Lo cierto es que existen personas que no quieren comprometerse y hay gente que, sencillamente, no quiere ennoviarse o vivir en pareja. Si esas personas no son capaces de llegar a ese nivel de compromiso es porque detrás tienen mil razones. Porque tienen una gran carga profesional o familiar. Cuando se da el caso, estas personas tienen la obligación de jugar limpio las reglas del juego, es decir, deben avisar a su pareja de que si empiezan una relación con ellos, no se van a comprometer. Esto no tiene por qué ser un trastorno (lo que es injusto es no avisarlo y tener a la otra persona esperando).
El miedo al compromiso existe y se da en personas que se quedan en la fase del enamoramiento, así como son incapaces de entrar en la siguiente etapa, que es la del amor. Solo los que pasan del enamoramiento al amor son los que se pueden arriesgar a comprometerse del todo, a implicarse con todo su ser. Y esto es algo que sucede cuando se llega a la madurez emocional, de lo contrario, es un típico enamoramiento de “la etapa de la adolescencia”. El compromiso tiene mucho que ver con la autenticidad de la persona, la autoestima, el realismo, etc. El miedo al compromiso tiene mucho que ver con esa adolescencia alargada más allá de lo que corresponde en el tiempo (ahora se habla de una adolescencia que comienza a los 9 años y termina a los 35 años).
El miedo al compromiso suele surgir cuando la otra persona nos pide que demos un paso y sentimos que se va a producir un cambio que puede desestabilizar nuestra “zona de confort”. Si al valorar nuestra relación de pareja llegamos a la conclusión de que perdemos algo con esa unión (menos intimidad, descanso…) en lugar de ganar (amor, compañía, bienestar, etc.), el temor se apoderará de nosotros y no nos dejará avanzar. Eso es lo que se llama “miedo al compromiso”.
Este tipo de miedo suele ser más frecuente en los hombres que en las mujeres (aunque también se puede dar en ellas). Una de las razones más comunes por las que los hombres temen el compromiso es por que pueden verlo como el fin de su libertad. A través de concepciones erróneas sobre el amor y las relaciones, asumen que el tener pareja los acorralará con responsabilidades y nunca podrán volver a vivir una vida sin preocupaciones. En otras ocasiones, se equipara compromiso a aburrimiento y les resulta poco atractiva la idea de involucrarse más. Muchos chicos pueden estar en una relación para divertirse y no consideran la exclusividad como algo a tener en cuenta. Un motivo clásico son los recuerdos amargos de relaciones pasadas y comportamientos reprochables por parte de una ex pareja, por lo que es posible que tengan miedo de reexperimentar el sufrimiento causado tras una ruptura dolorosa. Otras razones frecuentes son la ausencia de confianza en la persona o en la relación, la falta de madurez e inseguridades personales.
Los pilares en los que se fundamenta el miedo al compromiso son:
- Un marcado individualismo: el modo de pensar de las personas propensas al miedo al compromiso es básicamente individualista. No tienen por qué ser egoístas o egocéntricos, simplemente valoran en primer lugar las necesidades individuales y no tanto los colectivos. Es por esta razón que difícilmente mostrarán entusiasmo e iniciativa propia por un proyecto conjunto que está empezando. El miedo al compromiso hace que posibilidad de tener una relación romántica sea interpretada como una manera de diluir la propia identidad y de sacrificar tiempo y esfuerzo.
- El pesimismo a la hora de valorar el futuro: las personas que muestran un miedo al compromiso constante y sistemático, tienden a creer que cada una de las opciones de futuro que se extienden ante sus ojos, están destinadas a ser una mala experiencia, en la que los costes y sacrificios que hay que hacer, no serán compensados por las ventajas. El problema no es tanto que no se acepte un compromiso concreto, sino que se rechaza abrazar cualquier compromiso que limite la propia libertad en el futuro.
- El pensamiento dicotómico: las personas con miedo al compromiso ven las decisiones que tienen que ver con la reciprocidad y los pactos, como una cuestión de todo o nada: o se encaja en un marco de relaciones que nos impone la otra persona o no se acepta. Apenas se piensa en la posibilidad de negociar donde empiezan y donde acaban las responsabilidades y obligaciones de cada uno, ni si quiera pasa por la cabeza que ese compromiso pueda adaptarse a las necesidades de uno mismo.
Como detectar el miedo a compromiso:
- Ha tenido una mala experiencia en el pasado: usualmente quienes le tienen miedo al compromiso, es porque les han roto el corazón en el pasado. Incluso puede que no le haya pasado personalmente, sino que han vivido un fuerte divorcio con sus padres o siguen juntos pero son miserables.
- Ha estado en muchas relaciones a corto plazo: si su record de relación estable no supera los tres meses es una clara señal que le teme al compromiso. También puedes fijarte en sus ex novias, si todas suelen ser personas “no disponibles” (casadas, adictas al trabajo, viven en otro país) te darás cuenta que realmente nunca se ha comprometido (es fácil “comprometerse” con alguien que no puede comprometerse con uno realmente).
- Le gusta tener el control: si tu pareja odia que le digan qué tiene que hacer o cómo hacerlo, seguramente es porque teme que al perder el control de sus emociones, lo puedan lastimar.
- Coqueto/a empedernido/a: son generalmente ultra-encantadores al inicio, pero luego, una vez que te han conquistado, desaparecen. Les encanta la persecución pero no la captura y entre más seria se vuelva la relación, menos interés tendrá.
- Evita las introducciones o presentaciones: si aún no has conocido a sus amigos, familiares o compañeros de trabajo tenlo por seguro que aún no quiere tener una relación estable contigo. Pues lo cierto es que quienes le temen al compromiso tienden a compartimentalizar sus vidas. Cuanta más personas cercanas a él/ella conozcas, más acceso tienes a su vida privada y empiezas a formar parte de ella
- Son irresponsables: no solo le teme a comprometerse contigo sino a cualquier cosa. Suelen ser personas que siempre llegan tarde, no pagan las facturas a tiempo, ni cumplen su palabra. Así que si su vida parece caótica, este podría ser el motivo.
- No les gusta planificar: ya sea un préstamo o una cuenta de ahorros para irse de vacaciones, simplemente no consigue comprometerse a hacerlo.
- No comparten detalles íntimos sobre si mismos/as: Si oculta sus sentimientos y no muestra afecto seguro, se te prende una alarma. Para ellos decirte cosas íntimas es darte el poder para lastimarlos.
- Se pone a él/ella mismo/a sobre todas las cosas: sus necesidades son lo primero para él/ella y están tan ocupados protegiéndose, que descuidan tus necesidades emocionales.
- Entra en pánico con solo oír la palabra compromiso: llegado el punto de discutir sobre el siguiente paso en la relación, ya sea hacerla oficial, vivir juntos o casarse, notarás que entra en pánico, así que solo tienes que analizar su reacción. Un verdadero compromiso-fóbico intentará inventar una excusa, cambiar el tema o desaparecer por completo.
Algunas de las características principales de quienes sufren miedo al compromiso son:
- Suelen ser personas que tienen dificultad en la toma de decisiones
- Le dan muchas vueltas al hecho de irse a vivir con la pareja, casarse o tener hijos.
- Son personas que tienden a querer tenerlo todo controlado, porque así se sienten más seguras o presentan dificultades para expresar sus emociones abiertamente.
- Se sienten inseguras consigo mismas
Como superar el miedo al compromiso:
Para superar el miedo al compromiso, es vital aceptar que el deseo de la seguridad completa no es algo alcanzable para nadie y que la incertidumbre forma parte de la vida.
Es importante no torturase con las elecciones descartadas, enfocándose en el momento actual y en las ventajas que este tiene. Asimismo, ser sincero y expresar lo que ocurre es algo liberador y ayuda a fomentar la comprensión y empatía en nuestra pareja. Tener conciencia y motivación para cambiar son catalizadores para el proceso. No obstante, existen muchas diferencias individuales y tanto la personalidad, las relaciones familiares y los desengaños del pasado, juegan un papel fundamental en nuestras creencias sobre la pareja y el compromiso.
A veces, acudir a un psicólogo nos ayuda a dilucidar nuestro caso en concreto, a entender qué nos está pasando, identificando nuestros sentimientos y afrontando los miedos para poder avanzar.
Qué hacer cuando tu pareja le tiene miedo al compromiso
- Asegúrate de que no estés presionando antes de tiempo: comprueba que no estés presionando demasiado pronto en la relación. Algunas personas simplemente necesitan más tiempo que otras para tomar decisiones y no necesariamente es porque le teman al compromiso. Así que debes asegurarte primero que lo que le estás pidiendo si sea oportuno.
- Sé realista: por más que te guste una persona, si le teme al compromiso no vas a conseguir cambiarla si no quiere hacerlo.
- Señala que nunca nada es 100% garantizado: vivimos en un mundo incierto y casi nunca estamos 100% seguros de nada. Nadie sabe qué nos depara el futuro, lo único que podemos hacer es tomar decisiones razonables y esforzarnos por hacer que funcione. Hazle saber que tú también estás corriendo el riesgo (el amor nos hace más vulnerables).
- El que debe cambiar debe ser el otro, no tú: no cambies para acomodarte al otro o te quieren o no y si realmente te quiere estará dispuesto/a a dar el siguiente paso contigo.
- Tómalo con calma: la mayoría de los compromiso-fóbicos logran superar su miedo una vez que encuentran a alguien que les de el tiempo suficiente para hacer el cambio. Pero plantea un límite, tampoco puedes esperar toda la vida.
- Mantén tu vida, tus aficiones, tus amistades: no dejes de hacer planes sólo porque él/ella está disponible. Es importante que cultives parcelas separadas en tu vida en las que puedas encontrar espacios para hacer lo que a ti te gusta.
- Respeta su espacio, sus relaciones y sus actividades fuera de la pareja: en una relación sana, los momentos de separación son necesarios para que puedan reconectarse con energías renovadas.
- Intenta que se abra contigo: que la relación sea un lugar seguro donde pueda expresar sus miedos, dudas e inseguridades. Trata de tener conversaciones más profundas y abiertas, libre de juicios y de críticas, donde pueda verbalizar lo que siente y piensa sin temor a ser juzgado ni rechazado.
- No juegues a hacerle chantajes emocionales: la única forma de forjar un vínculo real es empezar siendo reales nosotras mismas. Los juegos y manipulación solo consiguen juegos y manipulación. La intimidad verdadera se nutre de honestidad.
- No le permitas pagarlo todo: está bien que te invite a veces, valora el gesto, pero no esperes que lo haga siempre y ofrece pagar tú también. Demuéstrale que lo que te importa es su persona y su compañía, no su cuenta corriente. El dinero es un símbolo de poder y las fuerzas de ambas partes de la pareja deben estar balanceadas.
- No te conviertas en el/la detective de sus redes sociales: ya sea por celos, para examinar posibles amenazas o por necesidad de control, vigilar a tu pareja online nunca es una buena idea (te sitúa en una posición de inseguridad y pone en jaque la confianza de tu pareja).
- No le compares con tu ex: todos conocemos el refrán “las comparaciones son odiosas”. Y lo son por algo. No se trata de que ocultes tu pasado y que actúes como si fuera el primer hombre(o mujer) en tu vida. Se trata, más bien, de que le des el peso que le corresponde y que tu pareja perciba que lo sitúas en el pasado.
- Sé clara/o con lo que quieres: muchas personas tienen miedo de que, si son demasiado sinceras, “ahuyentarán” a sus parejas. Así, esta estrategia puede ser aterradora si no te quieres exponer, especialmente si se encuentran en una especie de “limbo”, a través del cual todo parece indicar que se trata de una relación, pero todavía no se ha definido como tal. Pero, si reúnes el valor de afrontar esa conversación incómoda, sabrás dónde se encuentra la otra persona: si quiere seguir viéndote de manera más informal, si quiere formalizar lo suyo o si, por el contrario, se sitúan en lugares emocionales completamente distintos.
- Establece un período de tiempo en el que estés dispuesta/o a marcharte: si tu pareja no tiene intención de avanzar contigo, estará felizmente relajado/a en la “fase de luna de miel” para siempre. Fija el plazo de tiempo que estés dispuesta/o a esperar.
- Pasa página si no te da el sitio que te mereces: es hora de alejarse cuando se está en una relación en la que una/o se siente emocionalmente insegura/o, sus sentimientos no se escuchan ni se responden con respeto, donde no puedes expresarte libremente, si sabes que no va bien y, al final, no te sientes feliz. Será doloroso al principio, pero siempre es mejor que engañarse o conformarse con algo que no se acerca a lo que tú quieres o no es suficiente. Toma las riendas de tu vida y sal de una relación insatisfactoria. Tal vez para encontrar a otra persona, en el mejor de los casos, para encontrarte a ti misma.
MIEDO A ENAMORARSE (FILOFOBIA)
Una de las fobias más curiosas es la fobia a enamorarse o filofobia. Este problema de ansiedad puede tener un efecto en la vida social y emocional de la persona que lo sufre. En casos graves, el filofóbico puede no solamente evitar amores potenciales, sino que puede dejar de relacionarse con compañeros de trabajo, vecinos, amigos y familiares. El acto de enamorarse puede ser una de las experiencias más increíbles que podemos sentir los seres humanos, pero para un filofóbico, puede convertirse en una situación que le produce una terrible sensación de malestar y niveles altos de estrés emocional y físico.
Estas personas temen entregarse, enamorarse o establecer relaciones personales fuertes. Únicamente viven relaciones sin compromiso, hablan poco de sí mismas, evitan mostrarse como son, ponen una “barrera infranqueable” para no sentirse vulnerables, tienden a establecer relaciones simultáneas por el mismo miedo que tienen a ser abandonadas y sus relaciones son una montaña rusa de emociones con subidas y bajadas constantes.
El miedo a enamorarse en el fondo, es un reflejo del miedo a sufrir, a padecer una pérdida o miedo al abandono. Huir de una relación de pareja se convierte en un mecanismo de defensa ante la perspectiva de padecer una pérdida, una razón para no amar a alguien con todo lo que ello implica. En los casos más agudos, esta fobia puede abarcar hasta el miedo de sentir amor de sus familiares o incluso el afecto de amigos cercanos.
Algo que hace de la filofobia algo muy problemático es la imposibilidad de “aislar” la fuente del miedo, tal y como se podría hacer, por ejemplo, en el caso de la fobia a las arañas. En la filofobia, cualquier situación que se presienta que puede desencadenar en la consolidación de unos lazos afectivos propios del enamoramiento, es rechazada totalmente de forma anticipada. Esto último es perjudicial en dos sentidos: por un lado, imposibilita el enamoramiento, un estado de activación emocional que tiene momentos asociados a una felicidad muy intensa; las personas con filofobia pueden sentir que rechazan el enamoramiento y, a la vez, desear que pudieran experimentarlo sin miedo para poder disfrutar sus cosas buenas. Por el otro lado, este miedo predispone a las personas a aislarse socialmente, algo que puede conducir a la aparición de un sentimiento de soledad y tristeza y que, además, está correlacionado con la adopción de hábitos de vida poco saludables y una menor esperanza de vida. La filofobia puede llegar a convertirse en un problema incapacitante para la persona que lo sufre, siempre que su intensidad sea muy elevada.
Parece ser que lo que desencadena la filofobia es un sentimiento intenso de un fracaso en una relación pasada que no se ha superado. Esta escuela de pensamiento sostiene que el paciente que sufre de filofobia tiene heridas de un divorcio o un proceso de desamor doloroso que hace que evite cualquier situación potencial de ser lastimado de nuevo por un enamorado. Otros profesionales piensan que la Filofobia nace de un miedo intenso a ser rechazados.
Causas del miedo a enamorarse:
- Familia poco afectuosa: a familia es nuestra primera escuela afectiva, de ahí que el origen del miedo al amor pueda estar relacionado con traumas infantiles familiares o con complejos de inferioridad que se generaron dentro de ella.
- Una sociedad individualista y consumista: vivimos en una sociedad que valora la individualidad, la libertad sin ataduras y donde el compromiso con una persona para toda la vida no está de moda y, para muchas personas, resulta poco realista.
- Fracasos sentimentales en el pasado: experiencias negativas o traumáticas en anteriores relaciones, tales como un desamor, un divorcio o una traición…, producen temor o incluso bloqueo ante la perspectiva de sufrir nuevamente una situación similar.
- Baja tolerancia al fracaso: la poca tolerancia a la frustración dificulta la gestión de los sentimientos ante las situaciones de estrés. Tener que contar con otra persona para realizar un proyecto de vida, pone a muchas personas en una situación de tensión emocional que tratan de evitar a toda costa. El miedo a enamorarse se produce, en este caso, más por lo que imaginamos que puede ocurrir que por lo que en realidad sucede.
- Falta de autoestima: a veces hay personas que sienten que no se merecen o que no son lo suficientemente buenas para ser amadas. De ahí, que tengan miedo a enamorarse, ya que suponen que la otra persona les abandonará a la primera oportunidad que tenga.
Conductas de las personas con miedo al amor:
Las personas con tendencias filofóbicas suelen adoptar los siguientes patrones de comportamiento cuando se enfrentan a una relación:
- Tendencias victimistas: aquellos que tienen miedo a enamorarse tienden a hacer responsables de todo a la otra parte para de este modo no aceptar su grado de culpabilidad y no afrontar su problema.
- Buscan defectos en su pareja o su relación: los hombres y las mujeres afectados por filofobia, tratan de buscar defectos en su pareja para justificarse a sí mismos que no deben implicarse más en esa relación sentimental y terminan auto-engañándose a sí mismos. En vez de disfrutar y apreciar las cualidades de su pareja, prefieren indagar y estar atentos a los defectos buscando siempre cualquier señal de alarma con el que justificar su pensamiento y su miedo al amor. Si no encuentran defectos en su relación, ellos mismos los crean y terminan creyendo que realmente existen. Así se justifican que no merece la pena profundizar en sus sentimientos.
- Provocan disputas o motivos de ruptura: se las ingenian para crear disputas con la pareja para que ésta se canse y deje la relación. Así, la idea de que será abandonando les sirve de excusa para no comprometerse.
- Buscan una pareja incompatible: otra estrategia es vincularse con personas muy diferentes a ellos para que así la relación fracase y no sentirse presionados por sus propios miedos.
- Pretenden a personas inalcanzables: aspiran a relacionarse sentimentalmente con personas inalcanzables para reafirmarse en que ellos no tienen ningún miedo al amor, sino que son las circunstancias las que les impiden amar y ser amados. De esta manera, las personas afectadas por filofobia evitan afrontar su problema y se convencen a sí mismas de que la relación no funciona porque su amor es imposible.
- Buscan una relación sin compromiso: las personas dominadas por un gran miedo a enamorarse suelen embarcarse en relaciones superficiales, basadas únicamente en el sexo para de esta manera no implicarse a nivel emocional. A veces simultanean varias parejas con el fin de no enamorarse de ninguna de ellas. Además, así reducen su sensación de miedo, ya que si una de ellas se marchase, no sentiría su ausencia debido a la presencia del resto.
- Persiguen el aislamiento: retraerse emocionalmente es un hábito muy frecuente para aquellos que sufren este tipo de fobia. En el momento en el que sienten que la otra persona se está acercando demasiado o tiene intención de pasar a una etapa más seria, caen en la evitación, eluden sus llamadas y usan falsos pretextos para no verse con ella. Consiguen así que la otra persona pierda las ganas de seguir avanzando en la relación y de esta manera, evitan afrontar su miedo a enamorarse.
- Imponen barreras: establecen barreras con el fin de no sentirse vulnerables y se muestran esquivos cuando se trata de hablar de sí mismos.
Como superar el miedo al compromiso afectivo:
- Identifica tu miedo al amor: trata de descubrir cuál es tu mayor preocupación con respecto al amor, si temes amar o ser amado. Explora tus sentimientos con profundidad para así tratar de superarlos desde la raíz.
- Asume tu temor: salir huyendo o evitar las situaciones en las que tienes que mostrar tus sentimientos sólo provocará que este trastorno se enquiste más y sea cada vez más intenso. Tu miedo al compromiso no puede convertirse en una razón para no disfrutar del amor. Además, cada situación sentimental es única porque la pareja está formada por dos personas de caracteres totalmente irrepetibles.
- Preocúpate por el presente: deja atrás las malas situaciones vividas y no pienses en las expectativas de futuro. Centra tu atención en el presente y el ahora. Así evitarás la ansiedad que te produce pensar en una posible situación de abandono o de fracaso en el futuro.
- Comunica tus miedos: la comunicación es un factor clave en toda relación. Tu pareja debe ser conocedora de tu miedo al compromiso, para que de esta manera sea más comprensiva contigo ante ciertas reacciones que vea en situaciones determinadas y valore tu esfuerzo para conseguir que vuestra relación funcione.
- Tomate el tiempo que necesites: cualquier conflicto emocional requiere de tiempo para ser superado, no esperes que tus miedos desaparezcan de un día para otro. Date el tiempo necesario y recuerda que todo cambio comienza por una decisión. Estás en el camino correcto.
- Acude a un profesional si necesitas ayuda: si sientes que ciertos trastornos derivados de tu miedo al amor (como la ansiedad) te están superando, es necesario que pidas ayuda a un especialista. El tratamiento terapéutico indicado para superar este miedo es parecido al de cualquiera otro tipo de fobia.
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