INTROVERSIÓN

La introversión es la preferencia por ambientes tranquilos, mínimamente estimulantes y los introvertidos son reservados y reflexivos o pueden dar la impresión de que actúan lentamente. A los introvertidos les gusta pensar antes de responder. Como resultado, “las interacciones en las que hay espacio para reflexionar pueden ser muy placenteras para ellos. Disfrutan estando y haciendo cosas solos, como leer, por ejemplo.

Los introvertidos no son seres “asociales”; pueden socializar y lo hacen, sólo que lo haces de una manera diferente a la de los extrovertidos. Valoran las relaciones profundas y significativas, les encanta conectarse de manera auténtica y compartir sus ideas en un grupo pequeño o en una conversación de a dos

Más que del mundo exterior, un introvertido obtiene energía de las ideas, imágenes y recuerdos que están en su mundo interior. También, las personas introvertidas son aquellas que recelosas de su intimidad no les gusta hablar demasiado de su vida privada.

Los cerebros de los introvertidos no están “cableados” para obtener la recompensa que reciben los extrovertidos al interactuar con la gente.  Estas personas son más sensibles a la dopamina, el neurotransmisor del ‘bienestar'”, asegura, por lo que “muchas situaciones sociales o entornos altamente estimulantes pueden ser agotadores mental o físicamente para un introvertido.

TIMIDEZ

La timidez es una característica de personalidad presente en una gran cantidad de personas, en la que el sujeto que la posee tiene dificultad en expresarse en público y vincularse con sus semejantes, cosa que les supone un cierto esfuerzo y les suele generar ansiedad. Este tipo de personas tienden a ser calladas no porque no tengan qué decir, sino porque les causa temor hacerlo debido a la posibilidad de ser juzgadas negativamente.

La timidez se define como la sensación de inseguridad o vergüenza en uno mismo, que una persona siente ante situaciones sociales nuevas y que le impide o dificulta entablar conversaciones y relacionarse con los demás.

La timidez es una forma atenuada de fobia social (la que definiremos y explicaremos detalladamente en un momento) y que habitualmente solemos tener y disimular de mejor o peor manera.

Se considera a la timidez como una pauta de comportamiento que limita el desarrollo social de quienes lo experimentan dentro de su vida cotidiana. Inicialmente no es una enfermedad, pero si no se controla o modera puede llegar a ser patológico (puede escalar a la fobia social o incluso a un trastorno de personal, el evitativo.

La timidez no es considerada una patología a menos que se lleve al extremo y se eviten activamente situaciones sociales o se generen síntomas como crisis de ansiedad de tener.

No se trata de que la persona tímida sea introvertida (de hecho personas tímidas pueden en realidad ser muy extravertidas), sino que por temor tienen a extremar la prudencia respecto a qué dicen y a quién, y no se atreven a exponer sus puntos de vista con firmeza. Estas personas pueden sentirse inseguras e incómodas en situaciones sociales, y por lo general no suelen tratar con grandes grupos de personas desconocidas.

El rasgo definitorio de la timidez es el miedo a la evaluación negativa de los demás, el miedo al rechazo, el miedo a lo que los demás piensen de mí.

Una persona tímida es una persona que siente miedo a que su comportamiento no sea adecuado y esto provoque la crítica y/o el rechazo de los demás. Este miedo es normal en nuestra especie, ya que a lo largo de nuestra historia evolutiva nos ha ayudado a mantenernos cohesionados con el grupo, aumentando nuestras posibilidades de supervivencia como individuos. Sin embargo, cuando es excesivo y se dispara ante situaciones sociales en las que la amenaza no es objetiva, sino que está sobrevalorada, es cuando hablamos de timidez o fobia social.

El tímido es una persona cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada y como no practica, no avanza y espera que un día se levantará con la moral alta y resultará segura de sí misma por arte de gracia.

Superar la timidez es una cuestión de número de palabras (cambiar el ‘si’, ‘no’, ‘tal vez’ por frases de cinco minutos).

Diferencia entre introversión y timidez

Hay que resaltar que la introversión no es lo mismo que la timidez aunque hay gente que suele confundir ambas cosas y pensar que son sinónimos. La timidez, en cambio, es el miedo a que la gente nos juzgue negativamente, en prácticamente cualquier situación social. Los tímidos se sienten bastante incómodos y angustiados en las interacciones sociales, especialmente con personas que no conocen muy bien.

La timidez es el miedo a ser juzgado de forma negativa mientras que la introversión es una preferencia por los entornos tranquilos y sin demasiados estímulos.

Por ejemplo, una persona tímida puede evitar un evento de para entablar relaciones profesionales porque le estresa mucho la idea de conocer gente nueva (aunque en realidad sí quiera ir), Sin embargo, un introvertido podría esquivar el mismo evento porque prefiere simplemente relajarse en casa.

Tanto los introvertidos como los extrovertidos pueden experimentar timidez. La ciencia ha demostrado que el grado de sociabilidad (la introversión y extroversión) es independiente del la timidez. La timidez es un estado de hipersensibilidad que causa ciertas respuestas emocionales como la cohibición y autoprotección, mientras que la introversión está relacionada con el tipo de entorno que cada uno prefiere.

Alguien introvertido puede ser tímido, pero no tiene por qué serlo necesariamente. Es perfectamente posible ser tímido y extrovertido. O ser introvertido pero no tímido. En este último caso se trataría de una persona que prefiere estar sola antes que acompañada pero que es capaz de desenvolverse bien en situaciones sociales.

Pero ¿por qué hay gente que cree que la introversión y la timidez son lo mismo? tanto los introvertidos como los tímidos evitan la interacción social”, pero por razones diferentes: Los primeros porque puede agotarlos; y los segundos, porque les causa angustia. Tal vez, lo que sucede es que la timidez es más común en los introvertidos.

Históricamente se ha considerado que timidez e introversión eran lo mismo porque sus conductas son muy parecidas, aunque el estado mental que lo provoca sea totalmente distinto. En ambos casos se trata de personas reservadas que prefieren evitar las grandes reuniones sociales y mantenerse al margen del estrés del mundo. Pero mientras que el tímido teme hablar, el introvertido está simplemente sobreestimulado.

FOBIA SOCIAL

La fobia social o trastorno de ansiedad social es un trastorno vinculado a la ansiedad en el que el sujeto que lo padece tiene un miedo irracional y persistente a exponerse en situaciones sociales o ante determinadas personas, debido al miedo a ser juzgados o realizar alguna actuación que les ponga en ridículo. En este trastorno de ansiedad, la persona evita las situaciones sociales y siente un elevado nivel de ansiedad si se ve obligado a participar en dichas situaciones, pudiendo llegar a experimentar crisis de ansiedad. La persona reconoce que su miedo es irracional, y no es debido a otros trastornos o al consumo de sustancias.

La fobia social es un miedo intenso, persistente y excesivo en respuesta a una o más situaciones sociales o actuaciones, delante de otros , en las cuales la persona se ve expuesta a gente desconocida o al posible escrutinio por parte de los demás. También puede suceder con personas conocidas con las que no pasen mucho tiempo justos. Estas personas se bloquean especialmente ante situaciones en las que tengas que actuar.

Este trastorno puede presentarse de manera generalizada o bien circunscribiendo el pánico a situaciones concretas como realizar una exposición o un tipo determinado de actividad en público.

La fobia social es un tipo de fobia. Se habla de fobia, cuando la intensidad con la que experimentamos el miedo frente a los distintos peligros es:

  • Injustificado por la objetividad del peligro
  • Inoportuno (no lo sentimos en el momento apropiado)
  • Desmesurado (sentimos más de lo que deberíamos)
  • Interfiere nuestra vida normal de forma innecesaria, y nos reduce nuestra capacidad de acción y goce.

La fobia social centra miedo en situaciones sociales (más complejas  y frecuentes, en comparación con otro tipo de fobias (por ejemplo, la fobia a las serpientes o arañas, estímulos que no son fáciles de encontrar en la cotidianidad). La fobia social altera totalmente nuestra vida, ya que nos vemos obligados a vivir en sociedad.

Todos solemos experimentar incertidumbre, ansiedad e inseguridad al conocer a personas nuevas, pero una vez roto el hielo, la mayoría logra convertir esos encuentros en una experiencia agradable, pero en el caso de las personas con fobia social grado de ansiedad experimentado es mucho más elevado en estas situaciones:   puede ser tanto el grado de ansiedad o vergüenza, que se produzcan señales físicas delatadoras (sudor, temblor muscular y de voz, rubor, etc.) que nos hacen más vulnerables e inseguros y la situación social, en vez de convertirse en un tiempo aceptable, en algo agradable, se transforma en algo cada vez más desagradable, lo que obliga a utilizar conductas de evitación y control ante estas penosas situaciones.

El deseo que solemos tener todos de formar parte de los grupos sociales, ser valorados y apreciados, se ve gravemente disminuido, junto con la consiguiente baja autoestima y complejo de inferioridad.

Es normal sentir ansiedad, nervios, ante una exposición, pero en estos casos es tan intenso, que la persona comienza a sentirse muy mal físicamente, algunos hasta vomitan; sufren de pánico escénico. El pánico escénico hace parte de la fobia social.

La fobia social solo aparece en los momentos en los que la persona tenga que actuar (por ejemplo, exponer frente a otras personas). Si este miedo persiste por mucho tiempo, se puede agravar en una fobia social generalizada (donde se amplía el trastorno).

Algunas personas con fobia social tienden a beber alcohol para ganar así valor y desinhibición.

La fobia social puede ser algo que -a diferencia de la fobia a las serpientes- se nos haga presente cada vez que nos vemos obligados a ser el centro de atención o si nuestra profesión implica estar expuestos a personas desconocidas con frecuencia (vendedores, actores, músicos, maestros, etc.) También nos podemos ver obligados a hablar en público (en la escuela, reuniones de trabajo, amigos -cuando es un grupo grande-).

Algunas fobias sociales acentúan el miedo a tratar con el otro sexo a extremos que producen graves dificultades para conseguir pareja.

Causas

Las causas normalmente están en que la persona ha sufrido una situación traumatizante (por ejemplo, que la hayan humillado o ridiculizado frente a todos). El bullying o acoso escolar puede provocar este tipo de trastorno en la infancia y/o en la adolescencia. También se puede presentar en la adultez, aunque con menor frecuencia (a raíz del mobbing que es el acoso laboral).  A diferencia del bullying, el mobbing es más sutil (no es tanto agresiones físicas, sino que se tiende a ridiculizar, es decir, es agresión psicológica.

Entre las causas, también influye el estilo de crianza, como el autoritario, donde los padres suelen utilizar castigos más rígidos o más fuertes. Algunos padres con este estilo, suelen incluso humillar a sus hijos frente alas personas.

Normalmente la fobia social aparece durante la adolescencia porque el joven se esta conociendo y esta creando su propia identidad  e influye mucho lo que digan los demás que va formando parte de su autoconcepto.

Su origen son mas las experiencias sociales y los factores son mas externos, mientras que  el t. evitativo las causas son más biológicas y los factores son mas internos

Criterios diagnósticos según el DSM V

  1. Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto a ser observado por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales.
  2. El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad frente a otros y que estos los rechacen.
  3. Las situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad.
  4. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa.
  5. El miedo o la ansiedad son desproporcionados a la amenaza real planteada por la situación social y al contexto sociocultural.
  6. El miedo, la ansiedad o la evitación son persistentes y duran típicamente seis o mas meses.
  7. El miedo, la ansiedad o la evitación causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral y otras áreas importantes del funcionamiento.
  8. El miedo, la ansiedad o la evitación no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia ni otra afección médica.
  9. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explican por los síntomas de otro trastorno mental, como el trastorno de pánico, el trastorno dismórfico corporal o un trastorno del espectro del autismo.
  10. Si existe otra afección medica, el miedo, la ansiedad o la evitación están claramente no relacionados.

Elementos más importantes de la fobia social:

  • Preocupación por llegar a ser el centro de atención, cada vez que nos encontramos con alguien.
  • Temor de que alguien nos mire y observe lo que estamos haciendo.
  • Temor a que nos presenten.
  • Temor de comer o beber en público
  • Dificultad para manejarse en comercios y relaciones administrativas
  • Terror a dirigirse a un público o grupo de amigos
  • Aversión a realizar llamadas telefónicas y realizar gestiones
  • Dificultad para confrontarse en el trabajo o hacer reclamaciones (incluso si se tiene la razón y el derecho de hacerlo)
  • Las fiestas y reuniones son una pesadilla y el comportamiento de la persona que tiene fobia social consiste en ponerse cerca de la puerta o encargarse de discretas tareas que le permitan huir de la situación.
  • Tendencia a rehuir espacios cerrados donde hay gente
  • Sensación de que todos nos miran y nos desvalorizan
  • Temor a que nuestras intervenciones parezcan ridículas, pobres o inadecuadas. Miedo a ‘quedarnos en blanco’.

Síntomas:

Nivel somático y autónomo Nivel cognitivo Nivel conductual
Taquicardia Dificultad para concentrarse Evitación de situaciones sociales
Temblor en manos o en la voz Olvidos Silencios largos
Sudoración Dificultad para encontrar palabras Tartamudeo
Sonrojamiento Centrarse en si mismo (maximizando sus errores) Hablar case en susurros
Tensión muscular Atención selectivamente el comportamiento desaprobatorio de los demás Tono de voz monótono
Malestar gastrointestinal Temores constantes sobre situaciones sociales y su desempeño en estas Retorcimiento de manos
Boca seca Autocriticas excesivas y negativas Postura rígida o cerrada
Dificultad para respirar Tienden a ser demasiado perfeccionistas consigo mismos Encogimiento corporal
Dolor de pecho   Poco o nulo contacto visual
Escalofríos   Dificultad para expresar distintos gestos faciales
Cefalea    
Urgencia urinaria    


Diferencia entre timidez y fobia social

Como podemos ver por las definiciones de timidez y de fobia social, ambos conceptos se asemejan: en ambos casos. la persona padece un miedo a ser juzgada socialmente por sus actos o palabras, inhibiendo su interacción con sus semejantes en algún grado y provocando esto una limitación más o menos severa de la expresión y de la vinculación social.

De hecho, en ocasiones se considera que la fobia social es el extremo patológico de la timidez y no es extraño que personalidades con un elevado nivel de timidez en la infancia puedan desarrollar en el futuro fobia social (si bien no tiene porqué ocurrir).

Sin embargo,  podemos encontrar diversas diferencias entre timidez y fobia social, siendo algunas de las principales las siguientes:

  1. La no evitación de la interacción social

La timidez es una característica de personalidad más o menos estable a lo largo de la vida, si bien puede reducirse según varíe la experiencia vital del sujeto. Pero a pesar de que puede producir algunas limitaciones no es considerada un trastorno.

La fobia social implica la presencia de un elevado nivel de miedo a confrontar situaciones sociales que provocan su evitación de manera continuada y persistente. Sin embargo la persona tímida sí es capaz de llevar a cabo una interacción en situaciones sociales y aunque no se sienta segura en dichos contextos no los evita de manera tan activa. Por ejemplo, el tímido tal vez vaya a una fiesta aunque no hable mucho, pero el fóbico lo evitará si puede hacerlo.

  1. El miedo generalizado

Otro punto en que se diferencian ambos conceptos es que mientras la persona tímida suele sentirse incómoda ante situaciones o personas concretas, en la fobia social el miedo y la tiende a ser más generalizado (aún si estamos hablando de una fobia circunscrita).

  1. Diferencias fisiológicas

Un tercer punto de contraste es la presencia de sintomatología a nivel fisiológico. Una persona tímida puede sufrir sonrojos, sudoración, molestias gastrointestinales y cierto nerviosismo al exponerse, pero en general no se generan grandes alteraciones. Sin embargo en el caso de la fobia social pueden llegarse a experimentar taquicardias, dificultades respiratorias y crisis de ansiedad severas no sólo al enfrentarse a la situación, sino también al imaginarla anticipadamente.

  1. La intensidad de la limitación

La persona tímida puede sufrir en un momento determinado a causa de la percepción de incapacidad para relacionarse o defender su punto de vista, pero en el caso de una fobia social el miedo y la preocupación son más continuados y limitadores de su calidad de vida.

Así, alguien tímido puede preferir cruzar por una calle en vez de por la que hay a unos pocos metros para no encontrarse con alguien determinado, mientras que una persona con fobia social es capaz de no salir de casa al saber que a esa hora una persona que le gusta vuelve del trabajo y podría encontrársela por casualidad.

TRASTORNO EVITATIVO DE LA PERSONALIDAD

El trastorno evitativo de personalidad  se suele confundir con la fobia social por la similitud de la sintomatología y por las causas.

En este caso estamos ante un caso de trastorno evitativo de la personalidad, cuando estamos ante personas extremadamente tímidas (por ejemplo no sostienen la mirada, no suelen iniciar una conversación con las demás personas, son más que todo oyentes, le huyen al contacto social porque tienen miedo al escrutinio publico, por miedo a que se le juzgue o se le rechace no es que no quieran tener amistades o que no quieran sociabilizar, al contrario, ellos lo desean, pero consideran que no pueden hacerlo, porque “no son muy interesantes”, según ellos). Su apariencia es muy nerviosa y tensa, lo que hace que algunos de ellos sufran e burlas por sus pares.

Se caracteriza por un patrón de inhibición social, junto a la presencia de sentimientos de incompetencia y mucha sensibilidad a la evaluación negativa, que se manifiesta a principios desde la primera infancia y que se encuentra presente en diferentes contextos. En este caso, la persona que lo sufre tiende a evitar situaciones en las que tenga que establecer contacto interpersonal frecuente por miedo a las críticas, el rechazo o la desaprobación. Además, suele mostrarse poco dispuesta a entablar conversaciones o crear vínculos a no ser que esté segura de que será apreciada, suele ser retraída en las relaciones estrechas evitando de esta manera que la puedan ridiculizar, y presenta una excesiva preocupación a ser criticada o rechazada. Además de estos, son típicas las creencias de considerarse como poco atractivo, inferior o socialmente inepto, pudiendo reflejar evidentes problemas de autoestima, y mostrando por ello, una falta de iniciativa a la hora de iniciar nuevas actividades, especialmente cuando éstas son de carácter social.

Causas

Las causas del trastorno evitativo de la personalidad para muchos autores son meramente biológicas y enfocadas por el tipo de temperamento. Existe la probabilidad de encontrar diferencias cerebrales en los sistemas de activación e inhibición conductual que regulan las respuestas emocionales ante señales de amenaza o de incentivo, esto indica que la disposición temperamental que tiene la persona enfrentar cambios ambientales facilite el aislamiento y la huida de situaciones nuevas y esto se puede observar desde los primeros meses de vida.

Este trastorno comienza a ser más notorio a partir de los 2 años de edad, por ejemplo, el niño se esconde detrás de la mama o del papa o se esconde debajo de la mesa para no tener que interactuar con nadie, aunque sean familiares, etc.

Otros estudios revelan que las relaciones familiares influyen en el desarrollo de dicho trastorno de personalidad, mientras que otros plantean que el entorno social, los pocos logros alcanzados o elogiados, generan en muchas personas el miedo al fracaso. En estos casos los niños comienzan a minimizar sus logos (en los casos de los padres autoritarios q minimizan los logros del niños).

Si hay comorbilidad con un trastorno de fobia social, primero se trabaja la fobia social porque es más rápido de trabajar y luego se trabaja el trastorno evitativo de personalidad (trabajar trastornos de personalidad conlleva más tiempo).

Características del trastorno evitativo:

Estilo comportamental Relaciones interpersonales A nivel cognitivo A nivel emocional
Tienden a encontrarse como personas avergonzadas, desconfiadas y distantes Son extremadamente sensibles al rechazo Están en constante alerta buscando corroborar si el ambiente es amenazante o seguro. Emociones frecuentes, como vergüenza, tristeza, aprensión, soledad y alta tensión.
Su forma de hablar es controlada (no son espontáneas). Suelen ser precavidos Baja autoestima debido a las constantes exigencias hacia si mismo y maximización de defectos Algunos presentan embotamiento afectivo.
Se muestran aprensivos y tensos No inician conversaciones hasta que corrobores si es aceptado socialmente    

Criterios diagnósticos según el DSM V:

  • Evitar las actividades laborales que implican un contacto interpersonal significativo, por miedo a las criticas, la desaprobación o el rechazo.
  • Se muestra poco dispuesto a establecer relaciones con los demás, a no ser que esté seguro de ser apreciado.
  • Se muestra retraído en las relaciones estrechas, porque teme que lo avergüencen o ridiculicen.
  • Le preocupa ser criticado o rechazado en situaciones sociales.
  • Se muestra inhibido en nuevas situaciones interpersonales, debido al sentimiento de falta de adaptación.
  • Se ve a si mismo como socialmente inepto, con poco atractivo personal o inferior a los demás.
  • Se muestra extremamente reacio a asumir riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades, porque le pueden resultar embarazosas.

Deja de ser un estilo de personalidad y se le considera un trastorno, cuando empieza a limitar a la persona en todo y la persona huye de todo, que no salen de su casa si quiera.

Diagnostico diferencial entre el trastorno de personalidad evitativo y la fobia social:

  • En el trastorno de personalidad evitativo, su origen se debe a factores biológicos y esta enfocado en si mismo.
  • En la fobia social, su origen es más por eventos traumáticos y se centra en factores en externos.

Las dos problemáticas comparten muchas similitudes (miedo o rechazo ante situaciones sociales, inhibición, pensamientos distorsionados…), pero también muestran ciertas diferencias, siendo algunas más sutiles que otras.

En este sentido, el trastorno evitativo de la personalidad tiene un carácter aparentemente más grave, en el cual el grado de generalización (presente en muchas situaciones) y los problemas asociados (autoestima, cogniciones erróneas) resultan ser más amplios.

Además, se define como un patrón, a diferencia de la especificidad de la fobia social, lo que significa que aparece relativamente pronto a nivel temporal y de manera inespecífica.

En el caso de la fobia en cambio, el problema puede situarse en una o pocas situaciones de interacción social y aunque estas pueden llegar a limitar significativamente a la persona, es posible que ésta se desenvuelva normalmente en otras situaciones, mostrando ciertas habilidades sociales.

Finalmente, debemos tener en cuenta que los trastornos de personalidad no pueden diagnosticarse antes de los 18 años, con lo cual,  anterior a esta edad tendremos que acudir a problemas relacionados con el vínculo o con la ansiedad.


Ana Ospina

Psicologa clínica y forense

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